Europa le declara la guerra al coche eléctrico chino, que lleva años de ventaja
Las marcas asiáticas tienen una tecnología más eficiente por la integración vertical
Cuando comenzó a abrirse al mundo, en la década de 1980, China tuvo claro que no podía competir con Occidente en tecnologías que ya eran maduras. Así que decidió ganar cuota de mercado con el precio. Ahora que China es la única superpotencia capaz de acabar con la hegemonía de Estados Unidos, sus multinacionales apuestan por liderar el desarrollo de las tecnologías que marcarán el futuro, y en las que sí pueden competir: desde la inteligencia artificial y la robótica hasta la ingeniería genética o la exploración espacial.
La movilidad eléctrica es uno de los diez pilares de la estrategia gubernamental ‘Made in China 2025’, y uno de los pocos que lanzan ya productos al mercado. Los automóviles eléctricos e híbridos enchufables chinos se han convertido en una de las exportaciones chinas que más crecen gracias a su imbatible relación calidad-precio. Las ventas en el extranjero se han disparado un 160% en el primer semestre del año, en el que sumaron 554.000 unidades.
Son datos que han comenzado a preocupar a las autoridades de la Unión Europea. Sospechan que las marcas chinas, entre las que se encuentran empresas estatales, se están beneficiando de subvenciones que violan las reglas del libre mercado y perjudican a sus competidoras, razón por la que han abierto una investigación que amenaza con hacer estallar una nueva guerra comercial cuyas consecuencias pueden afectar a muchos otros sectores.
«El sector del vehículo eléctrico ofrece un enorme potencial para la futura competitividad y el liderazgo de la industria verde europea. Las marcas de automóviles europeas ya están invirtiendo en el desarrollo de este potencial. Actuaremos con decisión allí donde encontremos evidencia de que sus esfuerzos están siendo afectados por distorsiones de mercado y competencia desleal», justificó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. «Esta investigación antisubsidios será exhaustiva, justa y basada en hechos», prometió. En China, sin embargo, sus palabras han sonado como tambores de guerra. Pekín ha tachado la medida de «proteccionismo» y ya ha advertido de que la segunda potencia mundial también puede responder con restricciones muy dañinas para el sector de la automoción europea.
Lo confirma Fernando Miguélez, director general de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), con un dato contundente: «La automoción europea exporta a China vehículos y componentes por valor de 24.000 millones de euros, pero solo importa 9.000 millones».