El 93% de las empresas familiares priorizan el arraigo en el territorio
La presencia de empresas familiares en un territorio tiene efectos en la sociedad y en la región que las vio nacer. Los objetivos a largo plazo de las empresas familiares y su arraigo con el entorno dan lugar a un mayor compromiso e incentivo de crear bienestar en ese lugar, que no cambia siquiera cuando se produce la expansión internacional, porque existe un vínculo emocional con el lugar y sus habitantes. Las empresas familiares contribuyen a la generación de polos de desarrollo y de actividad económica, y la creación de empleo que generan se refleja en el nivel de bienestar de la zona. Hay muchos ejemplos de ello, pero baste recordar el impacto en Arteixo (Coruña) de Inditex, o en Aguilar de Campoo de Galletas Gullón.
El enraizamiento con la comunidad donde el fundador creó la empresa tiene un claro reflejo cuando se pregunta a las compañías familiares sobre su arraigo en el territorio. Una encuesta realizada por Sigma Dos entre empresas familiares en mayo y junio de este año refleja que el 92,5% de los socios del Instituto de Empresa Familiar (IEF) y de las Asociaciones Territoriales considera bastante o extremadamente importante el compromiso con el territorio y el 93% ve prioritario mantener el empleo en la región. Este vínculo de la empresa familiar con el entorno geográfico tiene impacto en la creación de espacios de dinamismo empresarial.
Prácticamente la totalidad de las empresas familiares nacen en un primer momento del ahorro o patrimonio familiar. Y los beneficios no distribuidos suelen ser la principal fuente que financia el crecimiento de las empresas familiares. Las familias, que han invertido una parte importante de su patrimonio y realizan un gran esfuerzo personal suelen tener un cuidado especial por cómo se desarrolla el negocio.
Esto se traduce en una gestión más prudente y equilibrada, conscientes de que los riesgos son asumidos, de forma íntegra o muy elevada, por la familia. Según la encuesta de Sigma Dos realizada a empresas socias del IEF y miembros de las Asociaciones Territoriales, el 92,4% del capital de las compañías encuestadas estaba en manos de la familia propietaria.