El Santander avisa de que prolongar el impuesto afectará en un ciclo bajista

Las casualidades del calendario empresarial han querido que el consejero delegado del Banco Santander, Héctor Grisi, se haya tenido que pronunciar sobre la posibilidad de que un futuro Gobierno de coalición mantenga el impuesto extraordinario a la banca más allá de los dos años para los que inicialmente estaba pensado. Además de criticar la figura por considerarla «discriminatoria» contra la banca, como en otras ocasiones, Grisi ha anticipado que el impacto del gravamen será mucho mayor cuando los tipos de interés no estén en el nivel actual o cuando la actividad no sea tan boyante como la de este año. «Afectará de manera importante», ha avisado, a la concesión de créditos en un ciclo bajo económico. El grupo ha pagado por este tributo 224 millones de euros este año. Y ya prevé que para el próximo ejercicio la factura fiscal será mayor porque las partidas que se ven gravadas por el impuesto (los ingresos por comisiones, por ejemplo) han mejorado a un ritmo del 30% este año.

Héctor Grisi ha insistido en que parte de su negativa al tributo se explica «porque grava los ingresos y no los beneficios». Y cuando esos ingresos del banco no sean los actuales, entonces se notará en el crédito y por extensión, en toda la economía. «Todos hemos conocido malos ciclos y si esto se grava con un impuesto como éste, es un punto muy importante reflexionar sobre cómo se inhibe el crédito».