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La inflación empuja a comprar más barato pero menos fresco

España lidera el consumo de marca blanca, que ya supone un 43% de la cesta de la compra

Los alimentos llevan 17 meses consecutivos subiendo. JUAN IGNACIO RONCORONI

Publicado por
León

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Comparar ofertas y supermercados, mejor pollo y huevos para suplir las proteínas de otros alimentos más caros como carnes y pescado y, sobre todo, mayor peso —más que nunca en la historia— de los productos de marca blanca en la cesta de la compra.

La subida de precios experimentada en el último año ha modificado por completo los hábitos de consumo de los españoles. Una tendencia que parece haber llegado para quedarse, a pesar de que el alza de la inflación ha comenzado a moderarse desde el pico del 10,8% alcanzado en julio de 2022 al 3,5% en el que el indicador despidió septiembre.

Hoy se conocerá el IPC adelantado de octubre, que previsiblemente seguirá tensionado por la subida del precio de la energía. Y también de los alimentos, que acumulan 17 meses consecutivos creciendo a doble dígito en tasa interanual.

Con el encarecimiento de las hipotecas, la factura de la luz, el gas y el textil, a las familias no les ha quedado otro remedio que ajustar sus estrategias de compra para afrontar la subida de productos básicos alimentarios como el aceite o el azúcar. Difícil encontrar un lineal en el que el litro del oro amarillo no baje de los 8 euros.

«Estamos en más del 20% de caída del consumo en el aceite, pero no hay un trasvase a otros de calidad diferente, más baratos», explica Ignacio Silva, presidente de Deoleo. «Lo que se hace es consumir menos», indica. Para adaptarse a su nuevo poder adquisitivo, los clientes también han pasado de la proteína más cara a otras como la del pollo, «cambiando marcas de fabricante por distribución, de menor precio por kilo», explicó Javier Campo, presidente de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), durante el congreso que la asociación que agrupa a más de 3.000 empresas del sector celebró esta semana en Zaragoza.

El cambio de hábitos del consumidor hacia productos «cada vez más baratos» ha sido «muy brusco», indican, alertando que el proceso inflacionista seguirá en los próximos meses, por lo que «esta situación se va a quedar con nosotros un largo tiempo».

De hecho, recuerdan que aunque se ha moderado, el precio de las materias primas necesarias para la fabricación de alimentos sigue en niveles muy superiores a los de antes de la pandemia, siendo un 30% más caro que a inicios de 2019. Y la reciente sequía y las pérdidas de las cosechas amenazan con seguir presionando al alza.

Ante este escenario, y según un reciente estudio de Aegon, un 45% de los españoles declara haber dejado de consumir algún alimento por la subida de precios. «Muchos han eliminado de su cesta de la compra alimentos básicos, llenos de nutrientes que deberían de incluirse de manera habitual en la dieta diaria y que, por este motivo, son sustituidos por alimentos procesados y menos frescos», advierten desde la aseguradora.

No es de extrañar que en este entorno la marca blanca se haya convertido en la gran vencedora de la crisis. Nunca antes este tipo de productos había ocupado tanto peso en la cesta de la compra nacional. De hecho, España se ha convertido ya en el país de la zona euro donde más peso tienen las marcas blancas, más de un 43% sobre el total, superando así a Alemania y a Reino Unido, que ostentaban el liderazgo hasta hace poco. «La marca blanca acelera porque los salarios no acompañan y la gente hace este tipo de arbitrajes con productos más baratos», explica Javier Roza, director general de Mantequerías Arias.

La empresa, muy afectada como el resto de la industria por el alza del precio de la leche, observa no obstante que este se está ralentizando, insistiendo en que los productos más premium y diferenciales siguen creciendo en ventas. «Los productos más caros se compran más, aunque la razón puede ser que una familia decide quedarse en casa en vez de salir a un restaurante, optando por esos productos premium».