La economía ralentiza el empleo y el crecimiento se mueve por la inercia
El mercado laboral sufre una «pérdida de impulso» según BBVA y Fedea
El primer Consejo de Ministros de la nueva legislatura echará a andar este miércoles con una intensa agenda económica que no podrá esperar demasiado tiempo a materializarse: el futuro de las medidas de apoyo por la inflación; la revalorización de las pensiones; o el nuevo Presupuesto del Estado para 2024.
Y lo hará en un entorno económico de contrastes. Un país que sigue creciendo por encima de la media de sus socios europeos, aunque no puede obviar la crisis que tiene a su alrededor y un mercado laboral comprimiéndose tras varios trimestres de creación récord de empleo marcan la agenda del Ejecutivo en los 40 días que restan hasta final de año.
El Ejecutivo de coalición no tendrá nada fácil de cumplir el principal reto que se había marcado para esta legislatura: lograr el pleno empleo en el país que encabeza el paro en Europa, con más de 2,7 millones de afectados, el 11,8% de la población en edad de trabajar.
Fue la gran promesa de Pedro Sánchez durante la campaña electoral, rebajar el desempleo hasta el 8%, pero la pérdida de dinamismo del mercado de trabajo en esta recta final de año hace aún más complicado de conseguir. Incluso las predicciones realizadas por el hasta ahora ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, desmontaron esta promesa antes de tomar posesión de nuevo de La Moncloa.
Porque la economía española sigue creando empleo, también en esta segunda mitad del año, pero con mucho menos brío que antaño.
El final del empleo
Ese fuerte dinamismo que había mostrado el mercado de trabajo en los dos últimos años, tras la debacle de la pandemia, que sorprendía a propios y ajenos, parece haber llegado ya a su fin y estar surgiendo un nuevo ciclo de mayor contención. Así lo advierten Fedea y el BBVA Research, que en un informe alertan de «una pérdida de impulso» de la creación de empleo en el tercer trimestre y en lo que llevamos del cuarto «lastrada por la ralentización de la actividad económica». Aunque está «en línea con el estancamiento del conjunto de la eurozona» y «no parece que vaya a ir a más», según el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Domenéch.
Sin embargo, se trata de una piedra más en un camino repleto de espinas. El mayor obstáculo para conseguir el pleno empleo son los más de 1,1 millones de parados de larga duración que hay aún en España (según datos de la EPA del tercer trimestre) y que, cada mes más que pasan en el desempleo, hacen más difícil su reincorporación. Paro de larga duración
Además, el hecho de que la inmensa mayoría de estos parados que llevan en esta situación más de un año, incluso 720.000 más de dos años, son mayores de 50 años, lo que supone un doble obstáculo para su vuelta al mercado de trabajo. Y así lo advirtió también Fedea en el informe, en el que destaca que ya hay más parados registrados mayores de 50 años que jóvenes. «Una vez que entran al paro, es difícil salir», se lamentó Florentino Felgueroso, investigador de Fedea.
Por otra parte, el Gobierno tendrá que trabajar intensamente en impulsar la productividad, otro de los talones de Aquiles de la economía española, que no consigue mejorar en las últimas décadas y está por debajo de otros países europeos. La caída de la intensidad en el empleo ha reducido la productividad real por ocupado y la ha alejado del nivel prepandemia, según Fedea.
Los datos macroeconómicos están salvando un final de año que las casa de análisis preveían más aciago. Tras cerrar el tercer trimestre con un alza del PIB del 0,3% -una décima menos que en el segundo y otra inferior al primero-, el crecimiento aguanta por ahora con un alza del 0,6%, según el termómetro periódico que elabora la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
No habrá caída (por ahora)
Los últimos registros del organismo —con fecha del 17 de noviembre— descartan por ahora una caída de la economía a pesar del contexto exterior.
Aunque resta mes y medio para el final del año, la del PIB puede ser una tabla de salvación para calcular las cuentas públicas del próximo ejercicio 2024. Esos presupuestos deberán tener en cuenta la evolución de una inflación que sigue sin estar controlada. A pesar de la insistencia del Gobierno al indicar que es de las más bajas de Europa (3,5%), en realidad los precios suben en España por encima de la media europea, con un alza del 2,9% sobre todo por la energía.