El BCE mantiene los tipos de interés en el 4,5% por los buenos datos de la inflación

El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer los tipos de interés en el 4,5%. El Consejo Gobernador de la institución europea, reunido en Fráncfort, apostó por alargar la pausa que fijó en octubre, tras diez subidas de tipos consecutivas, al interpretar que el precio del dinero se encuentra en «niveles suficientemente altos para asegurar la vuelta de la inflación al 2%», que es el mandato del BCE.

Los buenos datos de la inflación y el anuncio de que la Reserva Federal estadounidense llevará a cabo tres bajadas de tipos en 2024, hacían pensar que el BCE daría alguna especie de señal al mercado en ese mismo sentido.

Nada más lejos de la realidad. La presidenta del Eurobanco, la francesa Christine Lagarde, insistió en que «no hay que bajar la guardia» y que el Consejo Gobernador «para nada» discutió ayer una posible reducción de tipos de interés. Queda descartado, por tanto, un movimiento de ese tipo. Al menos, a corto plazo. «Entre subir los tipos y bajarlos, hay mucho margen de pausa», zanjó Lagarde, quien inistió en que el BCE seguirá basando sus decisiones en los datos a su alcance.

Los datos relativos a la inflación arrojan cierto optimismo, pero la institución avisa de que «es probable que los precios repunten en el futuro cercano» debido a un aumento del precio de la energía. Según las últimas estimaciones del Eurobanco, la inflación se moderará de forma gradual hasta el 2,7% en 2024 y se acercará al 2% en 2025, cumpliendo con el mandato del BCE.

Presiones «elevadas»

La inflación subyacente también «se ha seguido reduciendo» este año, pero las presiones domésticas «siguen siendo elevadas», advierte Lagarde. Por eso, la institución se muestra decidida a mantener los tipos en niveles «lo suficientemente restrictivos el tiempo que haga falta» para asegurar la estabilidad de precios. Sin ponerse plazos.

Hasta ahora, el endurecimiento de la política monetaria ha tenido un «impacto sustancial» en la reducción de la inflación: los precios están lejos de la tasa del 10,6% que alcanzaron en octubre de 2022, encadenan siete meses de caídas y se sitúan ya en su nivel más bajo desde julio de 2021. El elevado precio del dinero ha ayudado a contener el consumo privado, lo que ha contribuido a la caída de la inflación, pero también ha tenido consecuencias negativas para la actividad económica. Estos datos hicieron que la institución pausara las subidas de tipos en octubre para evaluar sus efectos en la economía de la moneda común.

Ahora, según los datos publicados ayer, el BCE prevé un pequeño avance de la economía a corto plazo, del 0,6% este año, seguido de un repunte del 0,8 y del 1,5% en 2024 y 2025, respectivamente.

Christine Lagarde, subrayó que la entidad seguirá vigilante para ajustar estos niveles y determinar el tiempo en el que deberán mantenerse para cumplir con su objetivo de contener la inflación. «No tengan dudas, nuestra determinación sigue intacta», repitió, siguiendo el guion marcado en sus anteriores comparecencias.