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Las cuatro novedades que elevarán el recibo de la luz a partir de enero

A la subida de impuestos se une el fin de varios topes y una tarifa renovada regulada cuando los precios aún doblan al inicio de la guerra

La ministra de Energía y reto demográfico, Teresa Ribera. OLIVER HOSLET

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León

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La primera factura de la luz de 2024 no solo tendrá un IVA superior al que se pagaba hasta ahora. El recibo incorporará a partir de este 1 de enero otros cambios que pueden complicar aún más al usuario la elección de la tarifa adecuada para pasar los rigores del invierno, pero también de cara a los cada vez más calurosos meses de verano. Con el nuevo año se pone fin a la excepción ibérica; se acaba el tope al traslado de los beneficios caídos del cielo al recibo; y llega una tarifa regulada renovada.

El impacto de todas estas medidas supondrá pagar más que hasta ahora. No será demasiado. Pero sí cuantías superiores a las que cualquier hogar había venido asumiendo en los últimos meses. En primer lugar, por la ya conocida recuperación progresiva de los tipos del IVA hacia los niveles ordinarios en España.

Con el alza del 5% al 10%, un recibo medio puede incrementarse unos dos euros al mes, lo que supondrá elevar el coste en aproximadamente 25 euros al año. La aplicación de un IVA rebajado ha sido una de las mayores controversias por las que ha atravesado el mercado eléctrico en los dos últimos años, desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania. En este tipo de reducción impositiva, los consumidores se han ahorrado unos 14.000 millones en sus recibos. A esa medida hay que unir la rebaja inicial, y ahora recuperación, del impuesto especial eléctrico, que grava con hasta otro 5,1% el recibo.

Así como la vuelta a la normalidad de un tributo que no se ve, pero que impactará en el precio final: el de generación, una figura que pagan las compañías al producir luz, de tal forma que al tener que abonarlo, lo trasladarán al coste final. Diciembre está a punto de terminar con un coste medio de unos 75 euros/Mwh. Lejos quedan los casi 300 euros que se pagaron en el verano de 2022. Pero el coste de la energía también se encuentra muy lejano al que era el objetivo inicial del Ejecutivo para acabar con el escudo social eléctrico: impuestos como el IVA volverían a su senda ordinaria cuando el mercado eléctrico pagase por la luz menos de 45 euros/Mwh. Así lo indicaban todos los sucesivos decretos aprobados por el Consejo de Ministros. De esa referencia no hay rastro en el decreto de esta semana. Ni el mercado espera que los hogares y empresas paguen esas cuantías por la luz. En concreto, la plataforma de futuros en la que se negocian —y prevén— los costes eléctricos marcan un precio medio de unos 85 euros/Mwh, casi el doble del objetivo marcado por el Ejecutivo para hacer caer las medidas sociales en este sector. Aunque por debajo de los récord de los últimos meses.

El consumidor tendrá que acostumbrarse a unas tarifas medias que en pocos casos bajan ya de los 10 a 12 céntimos de euro por kwh, incluyendo el coste de la energía y todos los conceptos que se incorporan al recibo, según estas expectativas del sector. Ni siquiera quienes tengan contratada la tarifa regulada escapan a novedades. La fórmula por la que se calcula ese precio cambia a partir de enero. Dejará de ser tan volátil como hasta ahora, porque un 25% de ese coste será electricidad contratada a futuro, independientemente de lo que marque en cada hora el mercado.

Mercados de futuro

El peso de los mercados de futuros aumentará progresivamente. En 2024 será del 25%, en 2025, del 40%, y a partir de 2026 será mayoritario: las referencias a futuro supondrán un 55% del coste de la energía, y el pool, el 45% restante.

Además, el precio se actualizará cada mes y será publicado por el operador del sistema para que las empresas que suministran el PVPC, las comercializadoras de referencia (COR) de los grandes grupos, incorporen esos futuros. Las empresas han tenido que empezar a comprar la energía desde el pasado mes de julio para comercializarla ahora.

Es decir, en la práctica, la tarifa regulada sea más próxima a las del mercado libre, siempre con la exigencia de que el margen de las compañías sea inferior.

El cambio no se notará demasiado por ahora, con algunos euros más al mes, pero lo que sí provocará es que los precios del PVPC sean más estables a cambio de ser un poco más elevados.