Diario de León

Las marcas blancas ganan adeptos en el supermercado pese a las subidas de precios

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La marca blanca sigue ganando terreno y en 2023 ya supuso el 43,7% de la cesta de la compra de los españoles. Una diferencia de cinco puntos en tan solo dos años desde el 38,5% que suponía en 2021, según datos de Kantar Worldpanel.

Los expertos de la consultora achacan ese ‘boom’ no solo a una preferencia del consumidor, sino también al hecho de la mayor competencia entre los supermercados en este segmento de mercado, que ha obligado a muchos de ellos a aumentar de forma notable el peso de sus marcas blancas en los lineales. De hecho, aseguran que ese crecimiento se ha producido «a pesar de subir más los precios que las marcas de fabricantes», tal y como explica César Valencoso, director de Consumer Insights de Kantar Woeldpanel.

Tras esa explosión que ha llegado a disparar el porcentaje de ventas de marcas blancas por encima del 80% en empresas como Lidl o el 74% en Mercadona, «la sensación ahora es que vamos hacia cierta normalidad», con un ritmo de crecimiento más moderado en este tipo de productos.

Dentro del sector del gran consumo, preocupa todavía las cifras de volúmenes, a pesar de que el pasado ejercicio apenas decrecieron un 0,2%. Pero en total, siguen siendo un 3,6% inferior a 2019, el año previo a la pandemia.

Los expertos apuntan a que será difícil recuperar esos niveles, pues los datos actuales están marcados por tendencias y nuevos hábitos del consumidor que han venido para quedarse. Entre ellos, los menores niveles de desperdicio (es decir, tiramos menos comida y, por tanto, necesitamos menos volumen de compra).

Por otro lado, el impacto de la mayor preferencia por productos preparados -que pesan menos que los ingredientes por separado, y eso impacta en el volumen de ventas-, así como cierto trasvase del canal especialista (los consumidores pasan de la frutería a la superficie).

Esos factores que permanecerán en el tiempo suponen en torno a la mitad de la caída del volumen.

La otra mitad correspondería a acciones propias del consumidor durante épocas de crisis, donde «intenta ser menos impulsivo, comprar más barato o comer menos fuera de casa», indican los expertos.

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