CaixaBank gana 4.816 millones e inyectará un dividendo récord al Estado
El banco, que eleva un 54% su beneficio, descarta cambiar su sede a Cataluña a pesar de las últimas intenciones políticas para que lo haga
CaixaBank ha seguido la senda marcada por la banca española al cerrar el año pasado con un beneficio neto de 4.816 millones de euros, lo que supone elevar sus ganancias un 54% con respecto al ejercicio anterior. La evolución de los tipos de interés oficiales, que alcanzaron el 4,5% en el que aún se encuentran, explica buena parte del resultado del grupo, cuyas expectativas pasan por incrementar de forma considerable el dividendo que reparte a sus accionistas, entre los que se ubica el Estado.
La buena marcha de la corporación le ha llevado a proponer a la próxima junta de accionistas el reparto de un dividendo en efectivo de 0,39 euros por título con cargo a los beneficios del año pasado. Esta decisión supone que CaixaBank distribuirá un 60% de sus beneficios entre los accionistas (el denominado 'pay out'), lo que supone una cuantía histórica de 2.890 millones de euros. De ese importe, el Estado se llevará algo más de 500 millones de euros a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, el organismo público creado en la crisis financiera para ayudar a las entidades en apuros), correspondiente al 16% del capital que ostenta en la corporación tras la fusión de Bankia.
La entidad señala que "este dividendo revierte directamente en la sociedad, dado que alrededor del 50% de la cuantía la ingresarán la Fundación 'la Caixa', que desarrolla su Obra Social, y el Estado, a través del FROB". A ellos se suman los 590.000 pequeños accionistas, que también se verán beneficiados por esta política de dividendo.
El grupo se encuentra plenamente centrado en un negocio que seguirá mejorando este año, según ha anunciado el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, y no quiere adentrarse en terrenos pantanosos en torno a la cuestión de su sede social. El propio Goirigolzarri insistió ayer en que la "vocación" de CaixaBank pasa por permanecer su sede social en Valencia, donde se encuentra desde la fusión con Bankia, y anteriormente desde 2017 como consecuencia del 'proces' independentista.
A pesar de los anuncios realizados en algunos acuerdos entre Junts y PSOE para promover la vuelta de empresas que se fueron tras el 1-O de Cataluña, CaixaBank se ha mostrado contraria a plantearse esta opción, independientemente de los beneficios fiscales o penalizaciones que se pudieran establecer. "Cualquier lugar no reúne las condiciones de origen que tiene Valencia", ha explicado Goirigolzarri. "Este es el mejor sitio para nuestro negocio pensando en nuestros depositantes y accionistas", ha zanjado.
Sin presiones de Moncloa El presidente de CaixaBank ha descartado que exista alguna "presión" por parte del poder político en la entidad, donde el Estado tiene una participación significativa. "No estamos teniendo ningún tipo de injerencias políticas en CaixaBank" ni ahora "ni antes de la fusión", aclaró Goirigolzarri, quien insistió en que la relación del banco con el Gobierno "no ha estado nunca deteriorada", a la vez que agradeció el diálogo con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Al ministro no le han planteado la posibilidad de cambiar el impuesto extraordinario para minimizarlo. Aunque Goirigolzarri ha avisado de que "si tienes bancos débiles, y lo hemos vivido en el pasado en Latinoamérica en varios países y también España lo vivió en la crisis de 2012", la banca sufrió. Mientras que "si tenemos un sistema financiero fuerte", esto no ha sido así.
Los ingresos de CaixaBank se incrementaron un 31% hasta 15.137 millones, impulsados por el margen de intereses, que asciende a 10.113 millones (un 54% más), el cual recoge "el impacto favorable que el nuevo entorno de tipos ha tenido sobre el negocio bancario, así como la buena gestión efectuada por la red comercial", aclara el banco. Por su parte, Gonzalo Gortázar, consejero delegado, indicó que "nos reforzamos con la fusión, mejorando con fuerza nuestra eficiencia y rentabilidad, así como la retribución" al accionista.
(APOYO) Sevilla, ex consejero delegado de Bankia, presidente de Unicaja José Sevilla será el próximo presidente de Unicaja Banco en sustitución de Manuel Azuaga, que el pasado mes de noviembre presentó su renuncia como consejero de la entidad y, por tanto, como presidente del consejo de administración. El banco lo ha acordado por unanimidad, un cargo que se ratificará en la próxima junta. Sevilla fue consejero delegado de Bankia junto a José Ignacio Goirigolzarri como presidente.