El BCE mantiene los tipos, pero abre la puerta a recortes en junio
Lagarde asegura que los datos «no ofrecen aún suficiente seguridad» como para rebajar el precio del dinero
El Consejo Gobernador del Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer seguir el guión establecido y mantener los tipos de interés en el 4,5%. Con la inflación de la Eurozona en el 2,6% en febrero (según datos de Eurostat) y aproximándose cada vez más a su mandato del 2%, la institución dio ayer pistas sobre posibles rebajas de tipos este año. Su presidenta, Christine Lagarde, ya deslizó en enero que el precio del dinero podría empezar a bajar a partir de verano, si no hay cambios significativos en la economía.
Y ayer lo confirmó: «Estamos en un proceso desiflacionario. Hay signos positivos, pero todavía no estamos lo suficientemente confiados para tomar esa decisión. En abril sabremos más y en junio sabremos mucho más», señaló la francesa.
La institución ha revisado a la baja sus previsiones sobre la inflación: ahora, calcula que los precios se mantendrán en torno al 2,3% este año, frente al 2,7% que anticipaba en diciembre. También espera que los precios se reduzcan al 2% el año que viene y al 1,9% en 2026. «Hay una caída evidente, es un buen progreso hacia nuestro objetivo», destacó Lagarde.
El BCE rebaja, igualmente, los datos sobre la inflación subyacente -aquella que excluye los precios de la energía y de los alimentos elaborados- y detalla que registrará una media del 2,6% este año, antes de reducirse al 2,1% y al 2% en 2025 y 2026, respectivamente. El BCE señala que, a pesar de que la mayoría de los indicadores de la inflación subyacente se han rebajado, «la presión doméstica se mantiene, debido en parte a las fuertes subidas salariales».
La decisión de mantener los tipos en el 4,5% fue unánime entre los miembros del Consejo Gobernador del BCE, reunido ayer en Fráncfort. «No hemos discutido recortes de tipos», quiso subrayar Lagarde y apuntó que «solo hemos empezado a discutir» la vuelta a la normalidad de la política monetaria.
En definitiva; los datos actuales no son suficientes para el BCE. «No cambiaremos nuestra opinión por un solo indicador. No es una señal lo suficientemente fuerte y duradera en el tiempo como para tomar una decisión en ese sentido», explicó la francesa.
Tampoco se atrevió a detallar el ritmo al que la institución reducirá el precio del dinero ni dio un calendario. Sí apuntó que será un proceso gradual. «No me comprometeré a ningún ritmo porque seguiremos dependiendo de los datos y de cómo evoluciona la economía. Eso determinará nuestros pasos», zanjó. Esto no quiere decir que la institución esperará hasta que los precios se sitúen en el 2% para rebajar los tipos de interés, señaló Lagarde.
A la espera de las perspectivas económicas y de los acuerdos de negociación que se cerrarán en los primeros meses del año, el BCE mirará con atención los indicadores sobre la actividad económica europea, que se ha visto lastrada por los elevados tipos de interés.