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El BE eleva las expectativas de la economía para 2024 a lomos del gasto público

A pesar del dato, advierte de la atonía de la inversión privada

Pablo De Cos en una imagen de archivo de una reunión con economistas marroquíes. JALAL MORCHIDI

Publicado por
J osé M. Camarero
Madrid

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La economía española afronta un año mejor de lo previsto al haber dejado atrás el riesgo de caer en recesión o de verse impactada de forma contundente por la situación que atraviesan otros socios europeos, como Alemania. La relajación de los precios de la energía y el dinamismo del mercado de trabajo explican que el Banco de España haya actualizado al alza sus previsiones macroeconómicas al anticipar que el PIB crecerá un 1,9% frente al 1,6% estimado en su proyección de diciembre. Esta revisión al alza coincide con los cálculos que han publicado en los últimos días otros organismos que acercan el crecimiento del PIB más al nivel del 2%, en línea con lo estimado por el propio Gobierno. De esta forma, España sería la potencia europea con mayor índice de crecimiento para este ejercicio frente a la fragilidad de otros países, tras cerrar 2023 con un alza que se ha situado en el 2,5%.

Las nuevas proyecciones también apuntan a una cierta calma en los precios durante los próximos meses tras los récord marcados en 2022 y la tensión acumulada el año pasado. La inflación estimada para este año la sitúa en el 2,7%, lo que supone seis décimas menos que en el anterior cálculo. En febrero ha cerrado en el 2,8% interanual. Además, retrocedería hasta el 1,9% en 2025, por debajo del objetivo del Banco Central Europeo (BCE) para desescalar los tipos. Aunque la inflación seguirá moderándose, el supervisor ha alertado de la «resistencia» de los precios en el sector servicios, como en el caso del turismo; o el de los alimentos, afectados por la sequía, según sus análisis.

En estos nuevos cálculos, el supervisor ha tenido en cuenta la buena marcha de la economía en el último tramo del año pasado provocando un efecto tractor; y la posibilidad de que el BCE reduzca tipos antes de lo previsto, una variable que también ejercerá dinamismo al crecimiento. Sin embargo, el Banco de España ve nubarrones. Por ejemplo, la debilidad de la inversión privada, cuestión que ya en el último tramo del año pasado se dejó sentir. «No pensamos que vaya a haber una reactivación de la inversión privada» y que será «algo más pausada» a pesar del papel que siguen jugando los fondos europeos, según ha anticipado el director de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán. En este sentido, el ministro de Economía destacó ayer desde el Ecofin la velocidad de ejecución: «El ritmo está siendo bueno y de los mejores entre los grandes países», explicó.

Ajustes y reglas europeas

El supervisor ha recordado que una buena parte del crecimiento sigue apoyándose en el papel del Estado, como la subida de suelo de los funcionarios o el gasto público de las pensiones. Ángel Gavilán ha anticipado que sería «razonable» asumir una desaceleración del consumo público este año, «lo que ayudará a cumplir con la recomendación europea» porque «hay un evidente riesgo al alza sobre el déficit».

Las previsiones anticipan que el descuadre de las cuentas públicas cerrará este año en el entorno del 3,5%