Los ERE se disparan y cada día se producen cien despidos colectivos
Afectaron en 2023 a más de 36.500 trabajadores, un 50% más
Es la nueva paradoja del mercado laboral español: el auge que están experimentando los despidos colectivos en un momento en el que el empleo se impulsa con fuerza y está en máximos históricos. Ni la escalada de la inflación ni la guerra en Ucrania ni la subida de tipos ni el nuevo incremento del salario mínimo y las cotizaciones han impactado en la afiliación, que sigue creciendo y se espera que supere este mismo mes por primera vez los 21 millones de cotizantes en alta.
Pero, en la otra cara de la moneda, también se han incrementado con fuerza los trabajadores afectados por un expediente de regulación de empleo, a los que la empresa les ha puesto de patitas en la calle alegando, en su mayor parte, un deterioro de su situación económica. Así fue como en 2023 un total de 36.505 trabajadores se vieron afectados por un despido colectivo, cien cada día del año, lo que supone una subida del 50,7% respecto a 2022, una de las mayores alzas de la última década.
De igual manera, se trata del mayor número de afectados por un ERE en los últimos diez años, una cifra que solo fue superada en 2021, debido a la debacle que supuso la pandemia para el mercado de trabajo y el tejido empresarial; y en 2013, año en el que España batió récord con más de cinco millones de parados por la crisis de la burbuja inmobiliaria.
Hay que decir, también es verdad, que sigue siendo un número bajo y que representa casi la mitad de los que se sucedían en la Gran Recesión, puesto que en 2013 el número escalaba por encima de los 70.000. Pero ahora no hay crisis económica, por lo que, ¿a qué puede deberse?
Alza sin crisis
Desde el Ministerio de Trabajo tratan de quitar hierro a esta subida, que consideran está «muy distorsionada» por la cifra tan baja de 2022, 24.000, pero en este entorno e incluso por debajo se mantuvo también en el periodo de recuperación económica 2015-2018. Y no sucede así en 2023, con una economía —se supone— que pujante, a la cabeza de Europa. Detrás de este cambio de tendencia pueden estar varios factores: la mayor rigidez que ha traído la reforma laboral, que ha supuesto un antes y un después en la contratación y un ‘boom’ de los fijos discontinuos; los estragos de la inflación, que ha conllevado un encarecimiento de las materias primas; la subida de tipos en las pymes, que ha encarecido e incluso limitado su financiación; y la espiral de costes laborales, por la subida del salario mínimo y las cotizaciones.
Desde UGT reconocen que, aunque este incremento no les preocupa porque es un número similar al del año 2019 y representa un porcentaje mínimo, puede deberse en parte a una regulación de los contratos que se cambiaron de temporales a indefinidos, lo que ha obligado a las empresas a «hacer un ajuste por todos los estragos que ha traído la inflación o los problemas característicos del sector servicios y el agrario», que son los más afectados. Son precisamente los dos sectores que más uso han hecho de la figura del fijo discontinuo, algo que puede haber contribuido a que las empresas hayan tenido que tirar de ERE para hacer frente a los despidos. Es más, en el campo, donde los fijos discontinuos se han multiplicado por cuatro, los despidos colectivos se han disparado un 140%. En cualquier caso, Patricia Ruiz, secretaria confederal de UGT, recalca que el despido colectivo tiene mayores garantías que el individual y estas reestructuraciones de plantilla de trabajadores indefinidos o fijos discontinuos tienen una indemnización mayor que si tuvieran un contrato temporal.
El mayor número de afectados por un ERE pertenecía a empresas pequeñas, de menos de 50 trabajadores, casi el 30% del total. Es más, de las 1.031 empresas que acudieron a este mecanismo de ajuste, el 72% tenía una plantilla de menos de 50 y eran pymes preferentemente del sector servicios que, en su mayor parte, alegaron causas económicas.
Y esta tendencia al alza puede verse agravada este año, puesto que grandes empresas como Telefónica, Coca Cola, Danone, H&M, Bimbo, Marina D’Or... ya han anunciado nuevos ERE que acometerán en los próximos meses. Y «la situación para un gran número de pymes, que son más sensibles por tener una demanda menos diversificada y contar con menores recursos para innovar y adaptar sus productos, continuará siendo muy compleja», advierten desde Cepyme, que pide un mayor apoyo institucional.