El Gobierno se abre a anticipar la edad de jubilación en trabajos duros
Trabajar de noche, a turnos y con temperaturas extremas favorecerá el retiro anticipado
El Gobierno abre ya la puerta a tener en cuenta las limitaciones propias que acarrea la edad en ciertos trabajos duros y costosos para permitir a determinadas profesiones jubilarse antes de la edad legal sin recortes en su pensión. Esta es una de las exigencias de los sindicatos para acordar el paquete de medidas que quedó pendiente en la última reforma de las pensiones y que están negociando ahora en la mesa del diálogo social. El Ministerio de Seguridad Social ha dado su brazo a torcer y ha accedido a esta petición de UGT y CC OO.
Una de cal, pero otra de arena. La ha incorporado en el nuevo borrador de real decreto que ha enviado ya a los interlocutores sociales -y al que ha tenido acceso de forma exclusiva este periódico-, pero con matices: lo hace de forma tan vaga e inconcreta, sin abordarlo y establecerlo de forma específica y definitiva, que los sindicatos denuncian que se puede quedar en agua de borrajas porque dependerá de la voluntad política.
Así, se compromete a crear un grupo de trabajo en el plazo de tres meses desde la entrada en vigor de la norma que estudiará y valorará «las ocupaciones, categorías o actividades profesionales en sectores concretos donde los requerimientos físicos o psíquicos del desempeño del trabajo a partir de una edad ocasionen una limitación objetiva para su desarrollo, aunque no se acrediten elevados índices de morbilidad o mortalidad». Cambios insuficientes Pero para UGT y CC OO esto se queda corto y es necesario incluir también la edad en los indicadores del nuevo sistema objetivo que quiere implantar el departamento liderado por Elma Saiz para fijar coeficientes que rebajen la edad de retiro en aquellas actividades profesionales que sean de naturaleza especialmente penosa, tóxica, peligrosa e insalubre. Unos indicadores que, según recoge el último real decreto, se basarán en la incidencia, persistencia y duración de los procesos de baja laboral, así como las incapacidades permanente o fallecimientos que puedan causar.
Estos cambios para el sindicato no son suficientes porque hay ciertos oficios, como por ejemplo las trabajadoras de dependencia y las camareras de piso (en femenino porque las mujeres son mayoría en estos colectivos), que sufren para desarrollar sus funciones a partir de determinadas edades y no pueden demostrarlo con accidentes laborales, bajas o enfermedades profesionales, porque tienen unas condiciones laborales tan precarias, que se automedican para poder llevarlas a cabo, puesto que si se cogen la baja cobran menos.
Por eso exigen que la edad «se incluya claramente» y sin vincularlo a las contingencias profesionales.
Tampoco les convence el tratamiento que se hace de la dimensión de género, variable que los sindicatos y patronal consideran también prioritaria y para el que el Gobierno crea otra comisión para estudiar fijar coeficientes reductores en actividades con mayor presencia femenina.