Ignacio S. Galán augura un futuro de crecimiento intenso para Iberdrola
Asegura en la junta de accionistas que «el viento sopla a nuestro favor»
El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, dibujó este viernes un panorama de crecimiento intenso de la compañía para los próximos años. Lo hizo en una junta de accionistas en la que presentó el cierre de los resultados de 2023 con un récord histórico en las principales magnitudes: las inversiones, el beneficio neto y, lo que más preocupa siempre a los propietarios de la empresa, el dividendo a distribuir. Los datos de la junta anual celebrada en Bilbao también son significativos: participó de forma directa o bajo representación algo más del 75% del capital social de la compañía y los 22 puntos del orden del día merecieron la aprobación de al menos el 95% de ese capital. Esto incluye el capítulo siempre espinoso de la remuneración del consejo de administración, que a partir de ahora incluye novedades importantes.
«2023 ha supuesto en el mundo un verdadero punto de inflexión en el camino hacia una matriz energética menos dependiente de los combustibles fósiles», aseguró el presidente de la eléctrica vasca para reafirmar no solo que la estrategia renovable de la compañía adoptada hace ya más de dos décadas fue un acierto, sino que el futuro apunta hacia el crecimiento.
La electrificación de muchas actividades ya es un hecho imparable para Galán, y ello no es fruto solo de la decisión de gobiernos y organizaciones internacionales, sino de la demanda de la sociedad. «Según la Agencia Internacional de la Energía, el consumo eléctrico en la industria crecerá un 60% de aquí a 2040. En el transporte por carretera la demanda se multiplicará por 4 en 2030 y casi por 20 en 2050. Y en la climatización de edificios la electricidad sustituirá progresivamente al petróleo, al carbón y al gas hasta suponer, en apenas 15 años, más del 60% de ese consumo energético tanto en Europa como en Estados Unidos», recalcó.
Para aprovechar ese aumento de demanda de electricidad la compañía ha desplegado ya un ambicioso plan de inversiones que para el periodo de 2024 a 2026 contempla destinar a este objetivo 41.000 millones de euros, cifra muy superior a los 32.000 que invirtieron en el periodo de 2021 a 2023. La presencia internacional de la empresa pero también la evidencia de que algunos países ofrecen mejores condiciones para la inversión hará que la mayor parte de este esfuerzo económico se ubique fuera de España. Así, Galán aclaró que solo el 15% de la inversión se destinará a España y Portugal, mientras que el 85% restante se materializará en otros países y en especial en Estados Unidos, que recibirá el 35% del total.
El escenario para los accionistas —apuntó Galán— también va a ser paralelo al comportamiento de los resultados de la compañía, que espera batir nuevos récord de beneficio en los próximos años, para alcanzar un resultado neto cercano a los 5.800 millones de euros en 2026, 1.000 millones más que en 2023. Así, anticipó el presidente de la eléctrica, el dividendo a distribuir entre los accionistas crecerá en torno a un 20%, también para 2026. Eso supone aspirar a un reparto de 0,66 euros por título con cargo a los resultados de ese ejercicio.
Los accionistas tendrán ahora un dividendo adicional ya que la empresa había condicionado el pago de un euro por cada 200 acciones en función de la participación del capital social en la junta de accionistas, para lo que se había fijado un mínimo del 70%, ampliamente superado. «Si alguien me dice hace 24 años que esta empresa iba a valer 80.000 millones de euros no lo hubiese creído. Pero lo valemos, somos la primera compañía eléctrica de Europa y una de las dos más grandes del mundo por capitalización bursátil», defendió Galán en la recta final de su intervención en la junta de accionistas. Un valor en Bolsa de la compañía que —zanjó— «es superior al de todas las energéticas españolas juntas».