El Gobierno firma la ley que prohíbe despedir a un trabajador por discapacidad
Obliga a las empresas a adaptar el puesto de un empleado si él así lo desea
Imagen de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
El Gobierno ha vuelto a meter mano en el despido, una materia de la legislación laboral muy sensible. Tras poner fin hace ya más de cuatro años al despido por absentismo, este martes dio un paso más y eliminó otra de las causas por las que hasta ahora estaba permitido: cuando se le reconoce a un trabajador una discapacidad.
A partir de ahora, las empresas ya no podrán extinguir de forma automática el contrato de un empleado en los casos en que acceda a una situación de incapacidad permanente total, absoluta o gran invalidez, según la modificación que el Ejecutivo introduce en el Estatuto de los Trabajadores previo acuerdo con el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi). Es más, las compañías estarán obligadas a hacer los «ajustes razonables que permitan a las personas con discapacidad ejercer su derecho al trabajo», incluso si acceden a esta nueva situación con posterioridad al inicio de su actividad profesional, según explicó el Ministerio de Trabajo en una nota.
De esta forma, la posibilidad de extinguir el contrato, que hasta ahora estaba en manos de la empresa, se condiciona a la voluntad de la persona trabajadora. El empleado podrá elegir entre el despido o entre solicitar una adaptación del puesto de trabajo «razonable, necesaria y adecuada o bien el cambio a otro puesto de trabajo vacante y disponible, acorde con su perfil profesional y compatible con su nueva situación», según la nueva norma.
«Corregimos la discriminación y evitamos que la definición de persona con discapacidad en el mundo del empleo lleve consigo la extinción automática del trabajo», se congratuló la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien además precisó que habrá ayudas públicas para poder adaptar esos trabajos y en la norma se distinguirá entre diferentes puestos y tamaños de empresa.