Ocho de cada diez españoles apoyan reducir la jornada semanal a 35 horas siempre que no cobren menos
Ocho de cada diez trabajadores en España está a favor de que se reduzca la jornada laboral a 35 horas semanales, como pretende el Gobierno, siempre y cuando no suponga una reducción del salario. De ser así, siete de cada diez estarían en contra, según la 'VII Encuesta de percepción social de la innovación en España' (EPSI) elaborada por Cotec y Sigma Dos a partir de 7.243 entrevistas.
De acuerdo con este informe, la gran mayoría de los trabajadores no muestra preocupación por los posibles efectos negativos de recortar la jornada laboral, pero entre los que sí la tienen, la reducción del sueldo que podría llevar asociada esta medida es su primera inquietud, con un 35% de respuestas. Le siguen la pérdida de beneficios empresariales (32%) y la pérdida de competitividad del país (29%).
Por el contrario, el estudio pone de manifiesto que muy pocos trabajadores dudan de que esta medida mejoraría su calidad de vida y consideran que no afectaría a su motivación ni a su productividad.
Más allá de posibles medidas legislativas, la mayoría de los ciudadanos, en concreto el 61%, cree que la reducción de la jornada laboral llegará como consecuencia del cambio tecnológico. Este porcentaje es 16 puntos superior al obtenido hace cinco años.
Así, mientras que en 2018 empataban los que creían que el cambio tecnológico reduciría las horas de trabajo (45%) y los que decían que no traería grandes cambios (43%), la diferencia hoy es de casi 34 puntos, pues los que creen que no habrá cambios han bajado al 27%.
Concentrar el trabajo en cuatro días
Preguntados por cómo preferirían que se aplicara la reducción de la jornada laboral semanal a 35 horas, seis de cada diez (61%) vota por concentrar el trabajo en cuatro días, mientras que el resto prefiere mantener los cinco días, pero trabajando menos horas.
Según el estudio, en este punto aparecen grandes diferencias por edades, pues la semana laboral de cuatro días es la preferida por un 69% de los menores de 30 años, porcentaje que desciende hasta el 51% entre los mayores de 65 años.
Esta encuesta pregunta anualmente a la población española cómo percibe el cambio tecnológico y el impacto que tienen en su vida personal y profesional la Inteligencia Artificial (IA), los robots o los algoritmos.
De acuerdo con el informe, el 62% de la población cree que la mayoría de los puestos de trabajo actuales serán desempeñados por máquinas de aquí a 15 años, si bien, todavía un 47% de ocupados piensa que "de ninguna manera" un robot podrá sustituirle en su puesto, porcentaje que en 2019 era del 63%.
Este último dato ofrece diferencias en función de que el encuestado trabaje en el sector público o el privado. Así, el 53% de los trabajadores en el sector público cree que no le puede sustituir una máquina, frente al 45% de los empleados del sector privado.
A nivel general, el 71% del total de los encuestados opina que España no está preparada para afrontar un futuro marcado por la automatización del empleo, aunque el 61% de los trabajadores asegura sentirse capacitado para competir en ese nuevo mercado laboral, sobre todo las personas con estudios superiores.
La encuesta revela además que el 54% de los españoles piensa que la tecnología crea más empleo del que destruye y, de hecho, la distancia con los que opinan justo lo contrario (39%) es la más alta en las siete ediciones de la encuesta.
Sobre el teletrabajo, el 16% de los trabajadores por cuenta ajena y el 32% de los autónomos afirman practicarlo. El 96% de los teletrabajadores se siente capacitado para esta modalidad de empleo, el 89% opina que no disminuye su productividad y el 88% defiende que mejora su conciliación personal.
La encuesta también refleja que el 80% de los encuestados cree que la inversión pública en I+D+i en España es insuficiente y sitúan esta partida como su cuarta prioridad de gasto público, sólo por detrás de Educación, Sanidad y Pensiones.
El 48% sitúa el nivel de innovación de España en la media europea y el 43%, en el grupo de países menos avanzados. La distancia entre los que ven a España a la altura de Europa en innovación y los que la sitúan en el vagón de cola se ha reducido, a favor de los más críticos, de 25 a sólo 5 puntos en seis años.
Asimismo, la encuesta señala que el 82% del total de encuestados percibe la innovación como un fenómeno positivo, si bien el 52% opina que la innovación produce desigualdad social.