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El BCE encara su primera bajada de tipos en la recta final contra la inflación

Desde Bankinter consideran que el euríbor estará en 2025 en un 2,75%

La presidenta del BCE, Christine Lagarde. MILENA RETONDINO

Publicado por
Clara Alba
Bruselas

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El Banco Central Europeo (BCE) acometía la primera subida de los tipos de interés en once años desbordado por una inflación a la que muchos consideran que llegó demasiado tarde. La institución presidida por Christine Lagarde inició entonces un trepidante ritmo de subidas que llevó las tasas de referencia del 0% al 4,5% en apenas un año. ¿Las consecuencias directas para los consumidores? Un euríbor disparado y, por tanto, hipotecas y préstamos más caros, con requisitos extremadamente estrictos para acceder a ellos. «Los costes financieros de empresas y hogares en España -lo que se paga de más por intereses- subieron un 85% en un año», recuerdan desde Funcas. En números redondos, esto se traduce en 29.600 millones de euros más, hasta un total de 64.400 millones, según sus estimaciones.

Tras este periodo negro para los hogares endeudados, y si ningún ‘shock’ externo lo impide, el BCE iniciará en su reunión del 6 de junio una nueva era con el primer recorte de tipos en ocho años. El mercado descuenta que la bajada será de 25 puntos básicos, hasta el 4,25%.

Y hasta ahí la generosidad del organismo. «Esperamos pocos cambios en el mensaje en torno a la dependencia de los datos y la necesidad de proceder con cautela; es probable que las pequeñas revisiones al alza de la inflación a corto plazo también alimenten esa cautela», explica Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America.

La institución monetaria parece tener claro que este inicio del ciclo bajista no podrá ser, ni mucho menos, ni tan rápido ni tan potente como el de las subidas, ante una inflación que en mayo volvió a repuntar en la zona euro hasta el 2,6%. Es cierto que se trata de una subida puntual y que el IPC está ya muy lejos de los máximos del 10,6% alcanzados en octubre de 2022. Pero también evidencia el duro trabajo que queda por delante para atacar esta ‘última milla’ hasta alcanzar el objetivo del 2%. «Lo más duro viene ahora, porque la inflación se ve sobre todo en el sector servicios, que es donde se requiere más tiempo para bajar», explica Josep Lladós, de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC).

Precisamente, en mayo volvieron a ser los precios de los servicios los que más subieron. «Tras el 3,7% de abril, avanzaron al 4,1%, lo que también elevó la tasa subyacente al 2,9% (en abril 2,7%)», recuerda Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS. Todo apunta así a que Lagarde evitará comprometerse el próximo jueves con otro recorte de los tipos en julio. De hecho, las expectativas en el número de rebajas se han reducido de forma notable y el consenso espera ahora tres bajadas. Pero no de aquí a final de año, sino hasta marzo o incluso mediados de 2025. ¿Cuándo llegará al bolsillo? La gran pregunta ahora es, ¿cuándo empezarán a notar los bolsillos el nuevo ciclo que, aunque lentamente, están a punto de iniciar los bancos centrales?

La respuesta es simple: tarde. «Las bajadas tardan más en trasladarse a la economía real que las subidas», explica Lladós. «El mercado del crédito podría mejorar algo, pero la demanda ha estado retraída durante mucho tiempo, más en familias que en empresas», añade Francisco Rodríguez, investigador de Funcas. Los expertos recuerdan, no obstante, que el primer impacto ya se está dejando notar en índices adelantados como el euríbor. El indicador cerró mayo en el 3,68%, tres décimas menos que en abril, abaratando ya las cuotas variables que se revisan de forma anual. Desde la Asociación Usuarios Financieros (Asufin) consideran que el euríbor bajará hasta el 3% a final de año, una visión algo más optimista que el 3,25% que esperan los analistas de Bankinter que, ya para 2025, sitúan al indicador en el 2,75%. Todo dependerá de los próximos pasos del BCE. El organismo se guiará, a su vez, por factores como el repunte en los salarios negociados en la zona euro, que se ha convertido en una de sus grandes preocupaciones ante un primer trimestre que pilló por sorpresa al mercado con un alza del 4,69%, muy por encima de lo esperado.

Las cifras evidencian que el equipo de Christine Lagarde no puede recorrer solo esta recta final para el control de la inflación. Sobre todo tras las lecciones aprendidas en los últimos tiempos. Lladós recuerda que el BCE «sí ha tenido éxito a la hora de recuperar la credibilidad del mercado y rebajar las expectativas de inflación». Pero su política restrictiva «ha influido solo en parte» en la moderación de los máximos del IPC que llegaron por factores de oferta, ante los que el organismo poco podía hacer.

Salarios

El BCE se guiará por factores como el repunte en los salarios negociados en la zona euro