Europa se pone frente al espejo de más defensa, tecnología y competitividad
Una UE mucho más atomizada se prepara para un futuro más complejo ante el impulso de EE UU y China
Unas gafas de realidad virtual disponibles en uno de los stands de la MWC. ENRIC FONTCUBERTA
El 72% de las leyes que aprobó España el año pasado provenían de exigencias europeas a través de las directivas validadas desde Bruselas. Tres de cada cuatro normas tuvieron allí su epicentro. Aunque el impacto se nota aquí. Un porcentaje que ha ido creciendo con el paso del tiempo (en 2019 esas normas apenas representaban el 40% del total) por el papel vertebrador que ha ido tomando la Unión Europea. Ahora, con la formación de un nuevo Parlamento y una Comisión renovada, los países se enfrentan a un futuro que estará aún más condicionado por lo que se decida en Europa. Y ese futuro pasará por más gasto en defensa; más medidas para ser competitivos y tecnológicos frente a Estados Unidos o China; y un nuevo camino para integración económica completa.
No son reglas escritas. Su ejecución dependerá de las mayorías parlamentarias que surjan de las urnas este domingo. Pero todos los partidos -de izquierda a derecha- se pondrán a partir de mañana frente a la realidad. Un espejo que no podrán obviar. Porque el mundo, más allá de esta cita electoral, ha seguido moviéndose. Y Europa «debe afrontar esos problemas de seguridad, integración, tecnología y competencia», explica Enrique Feas, investigador principal del Real Instituto Elcano.
El del gasto en defensa es «el elefante en la habitación de la Unión Europea», destaca Víctor Burguete, investigador sénior en el área de Geopolítica Global y Seguridad de CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs). «Debemos preguntarnos cómo podemos hacer frente a las necesidades en seguridad independientemente de que gane Donald Trump en noviembre», destaca este experto. Porque EE UU «se muestra mucho menos comprometido» en esta materia con el paso del tiempo. Burguete anticipa que las inversiones en defensa «van a pasar a representar un peso importante en los presupuestos comunitarios, cuando hasta ahora eran algo residual». Coincide en este punto con el análisis que realiza Ángel Saz, director del Centro de Economía Global y Geopolítica (EsadeGeo), quien considera que aun sin cita electoral en EE UU, Europa «también debería hacer los deberes porque el interés estratégico de ese país es ya más hacia Asia».
El reto que supone destinar más dinero a defensa es que habrá que restarlo de otras partidas. Y ahí hay un problema. «Al final necesitas dinero», destaca Enrique Feas. «Nos hemos ocupado de cómo controlar los gastos de los Estados a través de las reglas fiscales, que está bien, pero también deberíamos preguntarnos de dónde sacamos el dinero que necesitamos para financiar todos los retos que tiene ante sí la Unión Europea», indica.
Otra de las prioridades a las que se deberá enfrentar la UE será la fórmula para encontrar la competitividad para hacer frente a otros grandes bloques comerciales. El último informe Draghi estima que hacen falta 500.000 millones de euros al año para poder competir en igualdad.