China contraataca tras los aranceles al coche eléctrico y abre la guerra del cerdo con España
Ojo por ojo, diente por diente. En el diccionario diplomático: reciprocidad. Es el elemento que rige el comercio mundial, y un arma arrojadiza que tiene en China un protagonista cada vez más prominente. Porque la asimetría de sus relaciones económicas con el resto del mundo, caracterizadas por una balanza comercial escorada casi siempre a su favor, provoca fricciones y temor. De ahí surge la guerra arancelaria que le declaró Donald Trump nada más acceder a la presidencia de Estados Unidos —uno de los pocos puntos en los que ha coincidido con Joe Biden—, y también la que se avecina con la Unión Europea.
Porque la Comisión Europea ha determinado que los principales fabricantes chinos de vehículos eléctricos juegan con ventaja gracias a los subsidios recibidos y esta semana ha decidido imponerles aranceles. Tres de las marcas más relevantes verán cómo sus productos se encarecen en el mercado europeo a partir del 4 de julio: un 17,4% los de BYD, un 20% los de Geely, y el 38,1% en el caso de SAIC. Para el resto habrá dos tipos: del 21% si han colaborado con la investigación europea, y del 38,1% si no lo han hecho.
«Un aviso a navegantes»
Pero Pekín no se va a quedar de brazos cruzados. Aunque es consciente de que tiene más que perder que Europa -el año pasado sus exportaciones a la UE superaron en 291.000 millones de euros a las importaciones-, ya ha comenzado a buscar los productos europeos contra los que puede arremeter en su represalia. Y entre ellos se encuentran dos muy relevantes para España: la carne de cerdo y el vino.
El runrún llevaba tiempo corriendo entre los empresarios españoles afincados en China, y el diario oficialista Global Times, controlado por el Partido Comunista, publicó el pasado jueves lo más parecido a una confirmación en un tuit: «Exclusiva: la industria china está reuniendo pruebas y ha solicitado a las Autoridades que abran una investigación ‘antidumping’ contra la importación de cerdo de la Unión Europea». «Es un aviso a navegantes, porque China suele comunicar estas cosas a tres niveles. Todo empieza como un rumor, luego la prensa oficialista comienza a publicar historias sobre el tema, y finalmente se toman medidas a nivel oficial», explica un empresario español del sector cárnico desde China. «No creo que todavía se estén moviendo papeles en los despachos, pero es verdad que todo puede cambiar en cualquier momento», apostilla.
En un comunicado interno, la Asociación Empresarial Cárnica Anafric advierte de que «China está considerando seriamente medidas de represalia contra los productos agroalimentarios de la UE, en particular para la carne de porcino (incluidos los despojos comestibles), los productos lácteos y los vinos (en orden decreciente de valor económico exportado)».