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Los accionistas del BBVA tienen la primera palabra en la opa al Sabadell

El próximo 5 de julio una junta extraordinaria someterá a votación la ampliación de capital

‘La vela’, edificio emblema de la sede del BBVA en el barrio de Las Tablas en Madrid. JAVIER LÓPEZ

Publicado por
Manu Álvarez
Bilbao

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Ha llegado el momento de pasar de las musas al teatro. Con la presentación de la propuesta a la Comisión Nacional del Mercado de Valores comenzó la liturgia formal de la opa que BBVA anunció sobre Banco Sabadell el pasado 9 de mayo. A la vuelta de la esquina, el viernes 5 de julio, se asistirá al primer refrendo de esta iniciativa que responde a una lógica mercantil pero que ha chocado con el frontón de los intereses políticos. Ese día los accionistas de BBVA —todos y son varios cientos de miles— están convocados a una junta extraordinaria. El objetivo oficial, el burocrático, es votar en torno a una ampliación de capital. Pero más allá de ese movimiento el resultado de esa votación servirá para medir el respaldo que el consejo de administración del banco vasco tiene en este arriesgado movimiento. Y se intuye que puede ser bastante amplio.

La parte fría de ese primer paso está clara. El consejo de BBVA preguntará a sus accionistas si están dispuestos a renunciar al derecho de suscripción preferente que tienen para emitir hasta un máximo de 1.126 millones de acciones nuevas. A valores de cierre de esta semana esas acciones suponen algo más de 10.000 millones de euros. Los ‘papelines’ que se someten a aprobación son los que se entregarían a los accionistas de Banco Sabadell que acepten la oferta planteada por la entidad que preside Carlos Torres: una acción de BBVA por cada 4,83 títulos del banco de origen catalán que el ‘procés’ independentista desplazó hasta una nueva sede social en Alicante.

Un respaldo mayoritario de los accionistas de BBVA puede suponer un balón de oxígeno, una palmada en la espalda, para la cúpula de la entidad financiera. No hay datos oficiales pero en el seno del banco se respira optimismo, lo que permite anticipar que las delegaciones de voto —el trámite por el que los accionistas anticipan su decisión o dejan que les represente el presidente del consejo— van por buen camino. Puede superar los porcentajes habituales de las juntas ordinarias que se convocan cada año para aprobar las cuentas y el reparto de dividendos. Pero al margen de ello también esta votación incorporará señales importantes. La decisión que adopten algunos accionistas va a ser analizada con el máximo detalle.

Es el caso de la gestora norteamericana de fondos de inversión, BlackRock, que tiene en sus manos el 5,9% de BBVA. No es solo un accionista cualificado sino que es uno de los que tienen también un posición destacada en Banco Sabadell —controla el 6,43% de sus acciones—, de ahí que su postura permita anticipar escenarios futuros. Un respaldo claro en BBVA puede interpretarse como que significaría que respalda el conjunto de la operación y que estará dispuesto al canje cuando llegue el momento. Tampoco hay que descartar que ejerza un efecto de arrastre sobre otros fondos de inversión presentes en Banco Sabadell, de capital extranjero y poco dados a seguir indicaciones de índole política. Van a lo que van, el negocio y la rentabilidad para sus inversores.

Muchos pasos

A esta opa le quedan un buen número de pasos, además del respaldo de los accionistas de BBVA. Su presidente, Carlos Torres, ya ha anticipado estos días que incluso pueden llegar a soslayar el último y el que se ha puesto más cuesta arriba: la autorización de la fusión que corresponde al Gobierno. Incluso sin fusión, manteniendo Banco Sabadell como filial con un amplio control sobre sus acciones, «la operación sería interesante», anticipó Torres en una comparecencia en Santander. Las sinergias —un ahorro de 850 millones de euros anuales en caso de integración total— no serían tan elevadas, pero permitirían a BBVA avanzar en la integración de servicios claves —informática, por ejemplo— a la espera de una mejor coyuntura política.

«Si alguien piensa que la presidenta puede ser influenciable por el Gobierno eso significa que no la conoce bien», asegura una fuente que sí conoce bien a la responsable de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, Cani Fernández. La decisión de la CNMC es determinante. El resto de trámites de esta ‘gymkana’ burocrática presenta menos dudas. La CNMV, el ‘vigilante de la playa’ bursátil, se centra en el procedimiento y el Banco Central Europeo en la solvencia de la entidad resultante.

Previsiones

Un respaldo mayoritario de los accionistas puede suponer un balón de oxígeno para BBVA