La CEOE exige bonificar los nuevos contratos a cambio de reducir jornada

Los empresarios siguen en pie de guerra contra la imposición del Gobierno de reducir por ley la jornada laboral de todos los trabajadores españoles de las actuales 40 horas a 37,5 el año que viene. La oposición en la patronal es máxima y la opción de alcanzar un acuerdo con el ministerio comandado por Yolanda Díaz es muy remota, pero hoy se sentarán de nuevo a negociar, también junto a los sindicatos, en un clima algo menos tenso que días atrás y ya con una serie de exigencias encima de la mesa, como excluir de este recorte horario a los trabajadores de mayor rango, como son los directivos y ejecutivos.

«Se quiere poder excepcionar a cierta categoría de trabajadores, como directivos», confirmaron a este periódico fuentes empresariales, que manifestaron tener «muchísimas dudas» de poder llegar a un pacto con el Ministerio de Trabajo en una medida tan polémica que puede poner en apuros a muchas empresas, sobre todo a las más pequeñas, las concesionarias con contratos en vigor y las relacionadas con sectores donde están más alejados de esta reducción de horas, como el comercio, la hostelería o el campo.

Esta será una de las 16 propuestas que la CEOE hará al Ejecutivo para aceptar la reducción de jornada tras ser debatidas este pasado lunes en una reunión interna en la que quedó patente la «fuerte oposición» que genera esta medida en la mayor parte de las patronales, que piden, por tanto, «contrapartidas» que les compensen en cierta forma el coste económico que les generará poder aplicarla.

Ante todo, los empresarios demandan al Gobierno que respete los convenios actuales que están en vigor hasta que decaigan. ¿Qué significa esto? Que los trabajadores que estén cubiertos por un convenio que dura hasta el año que viene, o dentro de dos o de tres años, y tengan fijadas jornadas laborales superiores a 37,5 horas semanales mantengan el horario que tienen ahora hasta entonces y, una vez que caduquen, pasen ya a recortarles el tiempo necesario para aplicar las 37,5 horas. Es más, reclaman dar un periodo transitorio extra una vez finalicen los convenios para aplicarlo en los sectores más afectados, aquellos que tienen aún jornadas más largas y con turnos presenciales, como los comercios, bares, restaurantes, etc.

El Gobierno se abrió en la última reunión a ampliar el plazo a determinados sectores o empresas más pequeñas o con contratos públicos y es uno de los cambios que se espera introduzca la nueva propuesta que hoy les presentará Trabajo. No obstante, ya advirtieron de que «en ningún caso» consentirán que la puesta en marcha se retrase «hasta 2030».

El ejemplo de Francia

Otra de las exigencias que hará la CEOE al ministerio es que se establezcan bonificaciones para los nuevos contratos que tengan que hacer las empresas para poder cubrir las horas que se queden disponibles tras la reducción, lo que supondría un recorte en las cotizaciones de estos nuevos trabajadores que se incorporen a los pequeños comercios, bares, restaurantes... Así lo hizo, por ejemplo, Francia cuando implantó la jornada semanal de 35 horas, una medida que fue acompañada de una reducción en las cotizaciones a la Seguridad Social. Pero los empresarios también piden al Ejecutivo emular a Francia en otro tema clave para ellos: aumentar el número de horas máximas que puede hacer al año un trabajador: 80 horas, el país más restrictivo de Europa, menos de la mitad de las 220 horas que permite Francia. Como la patronal sabe que esta es una línea roja para Yolanda Díaz, acceden a vincular este aumento al absentismo, de forma que se permita ampliar ese número de horas extras -y también las de distribución irregular- en las empresas donde se registre un nivel alto de absentismo, el que se pacte.

La CEOE espera que la nueva propuesta que les presentarán introduzca los tres factores que necesitan: transitoriedad, flexibilidad y compensación de costes.