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La guerra desatada para hacerse con Talgo amenaza el futuro de la compañía

Alertan de que el bloqueo de la opa húngara acercaría al fabricante de trenes al colapso

Imagen de archivo de un tren de Talgo.Divyakant Solank

Publicado por
Lucas Irigoyen
Madrid

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Ya lo dijo el ministro de Transportes, Óscar Puente, cuando aseveró que el Gobierno «haría todo lo posible» para evitar la compra de Talgo por parte del grupo húngaro Magyar Vagon. El problema es que la pugna se está complicando hasta el punto de comprometer el futuro del único fabricante español de trenes de alta velocidad. Una cuestión que adquiere tintes casi dramáticos y que se resolverá en el próximo mes en un duelo estratégico de despachos que se intensifica estos días.

En el tablero de juego están, además del Gobierno y las empresas implicadas, bancos de inversión, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, accionistas, el comprador y un nuevo agente aparecido esta semana: el fabricante de trenes checo Skoda -ajeno a la marca de automoción integrada en Volkswagen-.

El grupo magiar tramita una oferta de compra, una opa ‘amistosa’ pactada con el consejo de Talgo, en la que ofrece 617 millones por la empresa. La compañía cree que es una solución para ampliar su capacidad de fabricación, ahogada por una cartera de pedidos de 4.200 millones. Además, responde al deseo de vender del principal accionista de Talgo, el fondo Trilantic, que lleva tres años buscando comprador.

Moncloa recela de los húngaros por el respaldo que reciben del Gobierno de Viktor Orbán y posibles conexiones con las que ha especulado con capital ruso. Y no es cuestión menor ya que el Ejecutivo tiene que autorizar la operación al tratarse de capital internacional, aunque sea de la UE. Será una decisión del Consejo de Ministros, pero con el dictamen de la Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex). Este organismo técnico analiza desde abril la solicitud de Magyar Vagon y, según los plazos, deberá resolver el 10 de agosto. Los húngaros han ofrecido dar entrada en el accionariado al Gobierno o a las empresas que este considere. Pero si la operación es denegada, se abriría un complejo escenario.

Viabilidad comprometida

Talgo vería comprometida su viabilidad sin capacidad de abarcar todos los pedidos de trenes avalados, a su vez, por bancos que ejecutarían las garantías a petición de los clientes. Y, por otro lado, se abriría una batalla legal si las razones para denegar la solicitud no son exclusivamente técnicas. Estas pivotan en tres objetivos: garantizar la competencia, planes industriales sólidos y seguridad nacional. Magyar Vagon ha anunciado que hay vías legales para defender su posición y, aunque cree que «la racionalidad de su propuesta industrial» allanará el camino, no dudará en defenderse si se da el caso.