Diario de León

Las plataformas chinas como Shein o Temu tendrán que pagar aduanas

La Comisión Europea propondrá eliminar las exenciones a envíos de menos de 150 euros

Un vendedor organiza productos en una tienda de ropa, este miércoles en el centro de San Salvador (El Salvador). EFE/Rodrigo Sura

Un vendedor organiza productos en una tienda de ropa. EFE/Rodrigo Sura

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Zigor Almada
Bilbao

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Un reloj inteligente por 15,99 euros. Un bikini por diez o tres tops por 5,10. Y así hasta el infinito. Las plataformas de comercio electrónico transfronterizo de China han sacudido el comercio occidental con la misma estrategia: producción ‘low cost’ en China, envíos directos a través de poderosos canales logísticos, y un pírrico beneficio que muchos estiman incluso negativo. Nombres como Aliexpress, Temu o Shein se han convertido así en gigantes que dominan el mercado de numerosos productos: desde el ‘ultra fast fashion’, hasta la electrónica básica.

En esta ecuación de éxito destaca otro elemento: los impuestos. El gigantesco bazar ‘online’ chino solo empezó a pagar IVA a partir de julio de 2021, y todavía está exento de derechos de aduanas y de aranceles para envíos con un valor inferior a los 150 euros. El año pasado entraron en la Unión Europea nada menos que 2.300 millones.

Y los comerciantes locales afirman que esto destruye su negocio. «No puedo competir porque tengo unos costes muy superiores: tengo que abonar el alquiler de la tienda y sueldos que no tienen nada que ver con los chinos», comenta Marina Fernández, que regenta una tienda de iluminación en Bilbao. «Algunos critican que mucho de lo que nosotros vendemos también está hecho en China, pero no tienen en cuenta el trabajo que hacemos para asegurar la calidad del producto y el servicio al cliente posterior a la compra», se defiende.

No es la única que piensa así. El pasado mes de febrero, una asociación de fabricantes europeos de juguetes adquirió en Temu 19 piezas diferentes y las analizó a fondo: ninguna cumplía los estándares europeos, y 18 suponían un serio peligro para los niños. «No es solo un problema de calidad que reduce la vida útil de las cosas. Puede suponer también un peligro para la seguridad», añade Fernández, que, en su ámbito, destaca la posibilidad de provocar un cortocircuito. «Dos cosas pueden parecer iguales a la vista, pero ser completamente diferentes debajo de la carcasa», sentencia.

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