Cómo invertir para esquivar el miedo a otro terremoto bursátil
Los analistas creen que la reciente ola de ventas abre oportunidades en bonos y valores
Sobrerreacción. Es la palabra con la que el consenso de analistas define la brusca oleada de ventas que las Bolsas mundiales sufrieron el pasado lunes, en un contexto de mercados muy alcistas «y grandes acumulaciones de posiciones especulativas cuya repentina liquidación, combinada con los volúmenes más limitados de los meses de verano, amplificó las caídas», tal y como explica Enguerrand Artaz, gestor de fondos de La Financière de l’Echiquier (LFDE).
Unos días después del terremoto bursátil —que el lunes provocó la mayor caída de la Bolsa de Tokio desde 1987— los inversores vuelven a la calma, conscientes de que algunos detonantes de la extrema volatilidad vivida «deben tomarse en serio». «Es importante un enfoque prudente, sin reaccionar de forma exagerada a los movimientos a corto plazo», aconsejan los expertos.
El foco se desvía ahora a los próximos pasos de la Reserva Federal (Fed) de EE UU, donde se han disparado las previsiones de bajadas de tipos por el miedo a que el esperado ‘aterrizaje suave’ de la economía se convierta en una recesión. «Si se diera esa bajada de tipos agresiva, en un contexto de alta volatilidad y riesgo de mercado, los inversores podrían observar el comportamiento de los bonos del Tesoro de EE UU, el oro, o incluso el efectivo», recomienda Javier Molina. «Las ‘utilities’ también son consideradas un sector defensivo, ya que tienden a ser menos volátiles y más resistentes en tiempos de incertidumbre económica», recuerda. Bajo la máxima de la prudencia, en la gestora LFDE han apostado por mantener «niveles moderados» de exposición a la renta variable, «así como una importante exposición a renta fija, lo que contribuye a proteger las carteras frente a un contexto de fuerte relajación de los tipos de interés». En Bolsa, confían de nuevo en valores defensivos, «que se benefician de la visibilidad de los beneficios, unos balances saneados y unas valoraciones razonables».
Aunque no es su escenario central, Samuel Pérez, analista de Tresiss, indica que si se diese ese caso de una normalización agresiva de la política monetaria «nos fijaríamos en sectores como los servicios públicos o el inmobiliario».
Por el lado de la renta fija, la firma apuesta por aquellos activos de mayor sensibilidad ante variaciones en los tipos de interés, como la deuda pública o el crédito de grado de inversión. «La renta fija tiene que seguir formando parte de las carteras», añade Miguel López, director de negocios de Ibercaja Gestión. Desde la firma mantienen su apuesta por la diversificación a través de carteras mixtas defensivas. «Carteras con un 70%-80% de renta fija y el resto en renta variable deberían seguir dando rentabilidades atractivas en el medio plazo», indica, recordando que la correlación negativa entre bonos y Bolsa «nos protege en episodios de volatilidad».