Los satélites salvan a la España vacía
En un año se han apuntado 10.000 hogares al programa del Gobierno que ofrece navegar por 35 euros al mes desde todas partes. La conexión rápida a internet se extiende a cada rincón del país
Todos y cada uno de los hogares de la España rural, estén donde estén, tienen posibilidad de acceder a internet de alta velocidad. Después de mucha reivindicación por parte de la España vaciada, el Gobierno lanzó hace ahora un año el Programa Único Demanda Rural (comercialmente llamado Conéctate35), que en sus primeros doce meses de funcionamiento ha logrado casi 10.000 altas a un servicio de internet vía satélite de 200 Mbps de velocidad por una cantidad fija de 35 euros al mes sin letra pequeña. ¿El objetivo? Que todos los habitantes de la España vaciada, pero también pequeños negocios y microempresas, puedan disfrutar de una conexión a la red igual que si residieran en una gran ciudad.
Este plan promovido por el Gobierno a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones comenzó a rodar en junio de 2023 con la tecnología satelital de Hispasat y la infraestructura de Eurona. Apoyado por fondos europeos, supuso un desembolso de 76 millones de euros destinados al servicio de internet por satélite, así como la instalación en los domicilios y la asistencia técnica en caso de avería. Más allá, para asegurar la banda ancha ultrarrápida, desde 2018 el Gobierno ha invertido más de 1.000 millones para las convocatorias de despliegue de fibra, detallan fuentes de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones.
Las mayores compañías de telecomunicaciones están asociadas a este plan y los vecinos interesados solo tienen que consultar en la web www.conectate35.es si su domicilio está dentro del plan de internet vía satélite por no poder acceder a una buena cobertura de fibra.
«El balance del primer año es positivo. El plan es muy mejorable, pero muy positivo. Queda mucho camino por recorrer pero en los próximos tres años se logrará llegar al objetivo». El objetivo al que se refiere el consejero delegado de Eurona, Fernando Ojeda, es el de adaptar su tecnología en 60.000 hogares y pequeñas empresas que no tenían conexión a internet, para que puedan navegar a alta velocidad gracias a la tecnología satelital. A su juicio, el reto no es tecnológico ni de precio, sino que la verdadera brecha está en la falta de conocimiento: muchos municipios desconocen la existencia de este servicio que podrían tener disponible en cada punto de la España rural.
La falta de conocimiento queda patente al observar los datos de aplicación del servicio. Mientras que hay algunas comunidades con un peso importante de instalación —solo entre Andalucía, Castilla y León y Comunidad Valenciana acumulan el 50% del total de las altas—, hay otras donde apenas ha tenido impacto esta iniciativa. Es el caso de Navarra, País Vasco, La Rioja y Cantabria, ya que entre las cuatro no llegan ni al 1,5% de penetración. Según Ojeda, esto se debe «claramente» a la divulgación que ha tenido en cada zona el servicio, por lo que pide a la Secretaría de Estado y a Hispasat invertir más en comunicación.
Ojeda reconoce que este proyecto actualmente les ocasiona pérdidas a nivel económico, pero no les preocupa: «Creemos en la necesidad de llevar internet rural a pueblos y a países de África (proporcionan conexión en Marruecos, Senegal y Costa de Marfil), está en nuestro ADN», aunque asegura que si se amplía el servicio dentro de 4 años «habría que renegociar» las condiciones económicas con el Gobierno. Su empresa tiene otros negocios como la conectividad de los parques eólicos de Iberdrola, la conexión wifi en los barcos de Balearia o la señal de RTVE en Asia, negocios que les aportan la mayor parte de su facturación.
Según los últimos datos del Informe de Cobertura de banda ancha en España en 2023 elaborado por el Ministerio para la Transformación Digital, la brecha digital de banda ancha ultrarrápida en el ámbito rural se ha reducido en cinco puntos en un año, situándose en 13 puntos porcentuales. Desde la Secretaría de Estado apuntan a que el programa no tiene un objetivo numérico, sino un «fin garantista», es decir, que no se mide cuánta gente puede acoger, sino que cualquier persona pueda tener acceso a internet de alta velocidad esté donde esté su hogar o su negocio.
Un programa que «complementa» la buena conexión por fibra y móvil 4G y 5G que tiene nuestro país, «muy útil» para resolver las necesidades en zonas remotas o donde los despliegues comunes tardarán años en llegar, explica Óscar Vilda, CEO de Finetwork. Eso sí, aunque reconoce que la conexión por satélite ha mejorado mucho su capacidad, destaca que «para grandes extensiones de territorio o grandes volúmenes de usuarios, la infraestructura terrestre es una opción más robusta y escalable». Su fibra cubre el 75% de los hogares españoles, pero su objetivo es cubrir prácticamente todo el país antes de que termine el año. Aún así reconoce que «sigue existiendo una brecha de acceso digital en España» pero los operadores de red están haciendo «grandes inversiones» para paliarla.
La compañía española de telecomunicaciones está convencida de que la conexión en la España rural será «clave» para lograr pasar de los 1,2 millones de clientes con los que cuenta actualmente a los 3 millones que proyectan para 2027.