Sánchez saca al PP del pacto del Banco de España al imponer a Escrivá como gobernador
Se rompe la tradición de acordar con la oposición la renovación del supervisor económico
La designación del nuevo gobernador del Banco de España pasará por encima de la práctica habitual —no escrita, pero aplicada casi siempre— de que el Gobierno de turno y el primer partido de la oposición acuerden la dupla que comandará al supervisor en los próximos seis años. El Gobierno ha decidido mantener como candidato al ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, aun a costa de que el PP salga del pacto y evite proponer al subgobernador, como le correspondería por tradición parlamentaria.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha priorizado el salto de Escrivá desde el ministerio al sillón de gobernador, tal y como había propuesto en el inicio de las negociaciones con la formación política liderada por Alberto Núñez Feijóo. Hoy, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, anunciará oficialmente ese nombramiento durante su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso. Legalmente esta designación corresponde al Ejecutivo, aunque casi siempre se ha mantenido la práctica de que los dos primeros puestos se consensuaban.
Desde que se puso en marcha este sistema de nombramientos, en 1994, solamente se ha roto dos veces esta tradición. En 2006, cuando el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero designó como gobernador al que antes fue Secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. En 2018, el Ejecutivo de Mariano Rajoy aceleró también el proceso de nombramiento a la vista de la moción de censura que podía derrumbar al gobierno, como así ocurrió, nombrando a Pablo Hernández de Cos.
Fue el propio Sánchez quien no tuvo reparos en apoyar a Escrivá como candidato a gobernador antes de las vacaciones de verano. Aprovechando el viaje a Estados Unidos para acudir a la cumbre de la Otan, Pedro Sánchez elogiaba los méritos del ministro ante la posibilidad de que pueda ser el próximo gobernador, tras filtrarse el nombre en medio de las negociaciones.
La designación de Escrivá provocará una nueva pequeña crisis de Gobierno en el Ejecutivo presidido por Sánchez. Con la salida de su ministro, el departamento de Transformación Digital quedará sin titular, con lo que podría optar por reintegrar sus competencias en otros ministerios —el de Escrivá fue uno de los de nueva creación hace menos de un año, cuando comenzó la legislatura— o nombrar a otro.
Para intentar calmar los ánimos, la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría, ha defendido que la propuesta del Ejecutivo es la de «un perfil de absoluta solvencia» y que estaría a la altura, en términos de compromiso y de competencia «como siempre ha sido». Incluso, el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, alabó ayer la figura del ministro aunque pidió al Gobierno la necesidad de «cuidar las formas».
Un perfil complicado
Durante todo el proceso de negociación Sánchez ha mantenido intactas las opciones del titular de Transformación Digital y Función Pública donde apenas llevaba un año. Porque el bagaje político del que se queja el PP procede de su etapa al frente del Ministerio de Seguridad Social, de 2020 a 2023, con la reforma de las pensiones como su principal baluarte.
Esa es la espita que ha enarbolado el PP para negarse a participar en este acuerdo sobre el supervisor financiero. Feijóo se había negado en rotundo a aceptar esta posibilidad. De hecho, la cuestión de la negociación quedó paralizada durante el mes de agosto y en los últimos días apenas ha habido nuevos contactos. Los populares se han negado en rotundo a aceptar al ministro como gobernador. Aunque eso suponga, como todo parece indicar, que tampoco nombrarán al subgobernador que proponga el primer partido de la oposición.
Es decir, sería el Ejecutivo el que designe a los dos primeros puestos del Banco de España, unos cargos cuyos mandatos se extenderán durante los seis próximos años, sin apenas posibilidad de cambios, independientemente del devenir de esta legislatura y de la próxima, y de quién esté al frente de la Presidencia del Gobierno.
El vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, ya dejó claro este lunes que «no habrá negociación» si el primer nombre que sigue encima de la mesa es el de Escrivá. Fuentes del partido de Feijóo han insistido a este diario en «lo que ya sabe el Gobierno desde el principio» de las conversaciones, que arrancaron en junio. El PP no iba a aceptar la idea del Gobierno de que un ministro pase a gobernador o a dirigir un órgano independiente.
Seis años de blindaje con, al menos, unas generales de por medio Cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estampe su rúbrica para designar al ministro Escrivá como gobernador del Banco de España, se activa un plazo de seis años en el que será muy complicado que el nuevo responsable de la institución financiera abandone el cargo. La ley de Autonomía del Banco de España está pensada precisamente para que los mandatos del gobernador y el subgobernador no coincidan con los de las legislaturas parlamentarias.
Esta ha sido una de las dudas que ha atemorizado al PP en la negociación, aunque finalmente se han salido del acuerdo aun a costa de ese blindaje. No será hasta mediados de 2030 cuando toque renovar, de nuevo, la cúpula del Banco de España. Y en ese tiempo se sucederá, al menos, una convocatoria de elecciones generales. La actual legislatura finaliza, como muy tarde, a finales de 2027, como marca la Constitución. Si para entonces hay un cambio de color político en el Gobierno, tendrá que convivir con el gobernador que haya decidido en esta ocasión Pedro Sánchez.
La normativa que rige el funcionamiento del Banco de España apunta que el gobernador solo puede dejar el cargo por renuncia propia; o porque lo decida el Ejecutivo "por incapacidad permanente para el ejercicio de su función, incumplimiento grave de sus obligaciones, incompatibilidad sobrevenida o procesamiento por delito doloso". En cualquier caso, esa separación deberá adoptarse a propuesta del Consejo de Gobierno del Banco, previa audiencia del propio gobernador para defenderse.
En el PP ya daban ayer por perdida esta negociación habida cuenta del mantenimiento de Escrivá como única opción para ser gobernador. Lo justifican por su "firmeza" ante el "compromiso con la regeneración y la calidad democrática".
"No vamos a participar en cambios de cromos ni vamos a contribuir al blanqueamiento de este tipo de decisiones", apuntan fuentes del partido a este diario tras varias semanas de negociaciones que al final han acabado rotas.