Diario de León

El turismo y el tardeo sostienen el consumo pese al encarecimiento

El ocio diurno impulsa las ventas en negocios vinculados al consumo de tiempo libre

Terrazas llenas de clientes que aprovechan el sol para hacer un tardeo en una ciudad española. ANTONIO BAT

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Clara Alba
León

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Las nuevas fórmulas de ocio y la desestacionalización del turismo se han convertido en un auténtico sostén para la evolución del consumo, tras unos meses en los que, pese al ‘boom’ de visitantes —con más de 30 millones en el mejor verano de la historia— el gasto se ha quedado por debajo de las expectativas inciales de la industria del gran consumo.

«Durante el verano, el gasto ha sido más contenido de lo esperado», apunta Ignacio González, presidente de la patronal Aecoc. «A pesar de que el número de turistas fue mayor, la gente ha venido con menos alegría; ha sido un buen periodo para el turismo residencial, los hoteles de todo incluido... pero no tanto para la hostelería», añade.

En todo caso, las perspectivas son mejores para la recta final del año. De hecho, algunas fuentes estadísticas apuntan ya a que ese inicio de verano con un crecimiento más flojo de lo anticipado empieza a revertirse. Según los datos de pago con tarjeta de CaixaBank Research, que la firma analiza semana a semana, el gasto en restauración ha pasado de crecer apenas un 0,1% interanual en julio a hacerlo a un ritmo del 4,6% en las dos primeras semanas de octubre.

Es evidente que, en parte, los elevados precios del sector están detrás de esos mayores niveles de gasto. Pero también que hay una parte del consumo que ha resistido contra viento y marea el arreón de la inflación: el ocio diurno en el que el aperitivo y el tardeo se han convertido en los auténticos salvadores para el sector.

«En un contexto inflacionista, el consumidor no ha renunciado al ocio. Sale a bares, a comer y lo disfruta y el 68% declara que está dispuesto a hacerlo igual o más que antes», explica Beatriz Blasco, directora de la Asociación de Bebidas Refrescantes de España (Anfabra). «Necesitamos de esos momentos para desconectar de la rutina», añade.

El sector al que representa es, sin duda, uno de los mejores termómetros para medir las ganas de gastar en esos momentos de día con amigos y familiares en la hostelería, pues un 60% de sus ventas se realizan por este canal (el resto es consumo en el hogar). «Somos un sector de encuentro social, muy vinculado al aperitivo, al tardeo... es donde estamos creciendo de forma más contundente», certifica.

De hecho, esos momentos de ocio diurno ya representan casi ocho de cada diez ocasiones de consumo en el sector, según un estudio de la asociación. «Hemos evolucionado y ha ganado mucho peso la opción de bebidas refrescantes sin azúcar frente al alcohol», añade Blasco. Y eso ha provocado que este segmento, junto al agua con gas, sea de los pocos de la industria que ya ha recuperado niveles de negocio previos a la pandemia.

En concreto, sus ventas totales crecieron un 7,5% el año pasado, hasta rondar los 6.000 millones de euros.

Retos a superar

«El turismo se está desestacionalizando y eso también ayuda. Ya no está sujeto a un negocio de tres meses al año», añade Blasco. Las cifras avalan esta afirmación. Según CaixaBank Researh, el crecimiento en pernoctaciones en los meses de verano —1,9% en julio y 2,5% en agosto— fue menor que en el resto de meses del primer semestre. Una «desaceleración relativa» que refleja «esa desestacionalización que está redistribuyendo la afluencia turística a lo largo de todo el ejercicio», según los expertos.

El gran consumo también confía en aprovechar ese tirón para recuperar actividad. «La tasa de ahorro y la renta bruta de los hogares mejora;la confianza del consumidor también», añade Igancio González desde Aecoc.

El problema para esta industria, a su juicio, es que el sector «está perdiendo terreno de gasto frente al ocio o la cultura».

«Tenemos un consumidor que ahorra lo que puede para gastar en lo que quiere», indica el directivo. «El reto es ser parte de lo que quiere», sentencia, recordando que, en conjunto, los niveles de consumo apenas están todavía un 1,3% por encima de los previos a la pandemia por el covid.

Peor de lo esperado

Pese al ‘boom’ de visitantes con más de 30 millones en el mejor verano de la historia, el gasto ha bajado
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