Montero planea incrementar ya los impuestos de Sociedades, IRPF e IVA

Aunque el Gobierno había prometido a la Comisión Europea una profunda reforma tributaria, para así garantizarse el quinto pago de fondos europeos pendientes, el Ejecutivo trabaja por ahora en varias modificaciones que permitan aplicar cambios en algunos de los grandes tributos: Sociedades, Renta e IVA, además del gravamen energético y bancario que quiere establecer como permanente. La empresa no es nada fácil habida cuenta de la compleja realidad matemática parlamentaria —la mayoría de la investidura es cada vez más difícil de repetir— así como por la oposición que algunos de los contribuyentes afectados por sus intenciones -como las energéticas y entidades bancarias- han ejercido ante Hacienda para evitar que la imposición se les incremente. El plan ‘a’ pasa por incluir ese paquete de medidas tributarias como enmiendas en el proyecto de ley del impuesto mínimo a las grandes corporaciones. Y el plan ‘b’, en otras iniciativas posteriores cuando Moncloa tenga atados los apoyos. Todo ello sin tener que esperar a la aprobación de las cuentas públicas del próximo ejercicio, que siguen negociándose y cuya implantación es mucho más larga.

A pesar de esa complejidad, los cambios llegarían a Sociedades, el impuesto que pagan las empresas por los beneficios obtenidos cada año. El último informe de recaudación vinculado a este tributo indicaba que el tipo medio efectivo que pagan las pymes supera ampliamente el 15% frente al del 5,8% sobre su beneficio (un 19% sobre la base imponible) que abonan las grandes corporaciones. Para romper con esta dinámica, la idea pasaría por una rebaja a las pymes, aunque se desconoce hasta qué límites llegaría esa propuesta. El Gobierno también quiere aplicar cambios en el Impuesto de la Renta para elevar la tributación de las rentas del capital, las que se obtienen, por ejemplo, por la venta de acciones. Aquí encontraría como aliado a Sumar, cuya dirección ha insistido en poner encima de la mesa esta medida. Hasta ahora, tras el último cambio, las rentas del capital tributan al máximo del 28%.

Por otra parte, las negociaciones en materia de IVA abarcan un gran abanico de opciones. Entre ellas, una rebaja social de los tipos aplicados a productos como pañales y productos sin gluten. Otra reivindicación exigida a izquierda y derecha en el hemiciclo, y que sólo el PSOE se ha resistido hasta ahora, es la rebaja al 10% del IVA que abonan dos sectores muy reivindicativos en reducir ese tributo: servicios veterinarios y peluquerías.

Mariano Rajoy les subió el IVA al 21% en la gran recesión y desde entonces soportan este tipo máximo sin cambios. Primer paso, el día 30 Mientras tanto, Hacienda sigue negociando la posibilidad de extender el gravamen energético y bancario de forma permanente. Aunque sabe que lo tiene complicado. La cuenta atrás para incluir esta medida —a través de una enmienda un proyecto de ley— es tan apurada que el Gobierno tiene un plan b para. El Ejecutivo valora darse algo más de tiempo y llevar la medida a un decreto ley que aprobaría el Consejo de Ministros en alguna de las próximas semanas, para después refrendarlo en las Cortes. Lo haría siempre y cuando tenga cerrados todos los apoyos necesarios. Tanto PNV como Junts, dos de los socios imprescindibles para sacar adelante esta medida, se han opuesto abiertamente a la prórroga del gravamen. Y las empresas afectadas, lideradas por Repsol o Cepsa, han insistido en el impacto en las inversiones. Repsol ha confirmado de su complejo industrial de Sines, en Portugal, donde invertirá 15 millones en un proyecto de hidrógeno verde. Cepsa ha anunciado que está «valorando el impacto» porque «tendríamos que ralentizar las inversiones» previstas.