Goirigolzarri cumple y se va de CaixaBank con beneficio récord y máximos en Bolsa

No ha sido un camino de rosas. CaixaBank tardó casi dos años en recuperar por completo el pulso de su negocio desde la fusión con Bankia que, pese a dejar a la entidad como líder del mercado español en términos de cuota, provocó una dura sangría de clientes propia de este tipo de procesos que tardó bastante en sanar.

El delicado proceso de integración tecnológica de los dos gigantes financieros dio paso a un primer plan estratégico con el que el banco ya dirigido por Gonzalo Gortázar como consejero delegado y José Ignacio Goirigolzarri como presidente logró consolidar el favor de los accionistas, gracias a la promesa de un retorno de capital de 9.000 millones de euros, que fue revisado al alza poco después hasta los 12.000 millones, tras unos resultados mejores de lo previsto. Coincidía por entonces el inicio de las subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), tras años de tasas de referencia negativas que habían distorsionado por completo, a peor, los resultados del sector. Y los beneficios, con la fusión ya consolidada, comenzaron a reflejar el potencial de la entidad, con unas ganancias históricas en 2021 de 5.226 millones, gracias a esos extraordinarios de la absorción de Bankia a un precio inferior a su valor contable.

La cifra de beneficios se normalizó al año siguiente hasta los 3.145 millones de euros; y se recuperó hasta los 4.816 millones el pasado ejercicio, permitiendo continuar la estrategia de mejora del dividendo y de las recompras de acciones que tanto han gustado a los inversores en los últimos tiempos. La entidad, de hecho, mantiene una política de distribuir entre el 50% y el 60% del beneficio al accionista, uno de los ‘pay-out’ (como se denomina a esta variable) más atractivas del sector. Premio al accionista El del dividendo, junto a la mejora de los resultados —este mismo jueves presentará sus cuentas hasta septiembre, anticipando nuevas cifras récord para el ejercicio— ha contribuido a que CaixaBank roce ya un valor en Bolsa de 40.000 millones de euros. Solo en 2024 se ha revalorizado un 60%, hasta zona de máximos históricos de 5,50 euros por acción. Y ya es el segundo mejor valor del Ibex-35, solo por detrás de Banco Sabadell, que acumula una subida del 70% en este periodo, marcado en todo caso por la opa lanzada por BBVA sobre la entidad. Y si se echa la vista atrás, su valor se ha más que doblado (un 120%) desde aquel 29 de marzo de 2021 en el que sus acciones comenzaron a cotizar en Bolsa ya como entidad fusionada, rondando por entonces los 2,5 euros por título. Esta revalorización hasta la actual zona de máximos no solo ha sido acogida con agrado por los particulares que poseen acciones de la entidad. No hay que olvidar que el propio Estado mantiene una participación del 17,9% en el capital del banco a través del FROB, derivado del rescate de Bankia. Esa participación ha ido variando a lo largo de estos años, también por los procesos de recompras y amortizaciones de acciones del banco en estos años.

Tras la subida de estos ejercicios y los dividendos percibidos, esa participación ha pasado de valer unos 1.965 millones de euros (antes de que se conociesen los primeros contactos para la fusión) a los 6.700 millones de valor contable a cierre de 2023.