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CaixaBank quiere volver a sus orígenes

A Goirigolzarri le sustituye un histórico de la catalanidad del banco ante la opa al Sabadell

De pie Javier Paso e Isidro Faine. Sentados: Marcelino Armenter, Alejandro Garcia-bragado y Jaume Giró.Efe

Publicado por
José M. Camarero
Madrid 

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«Teníamos a un presidente del Athletic y ahora tenemos a uno del Barcelona». «Nuestra sede está en Valencia con carácter indefinido». Este juego geográfico de declaraciones, realizadas por el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de resultados de la entidad el jueves, revelan la realidad, pero también la intencionalidad, con la que el grupo ha movido sus hilos y lo seguirá haciendo en el futuro. Con un presidente de la casa, de toda la vida, de la escuela de Isidro Fainé, para completar el nuevo tándem de la primera entidad financiera del país.

La salida «voluntaria» de José Ignacio Goirigolzarri de la presidencia del banco apunta a algo más que un deseo personal del banquero vasco. Del movimiento de fichas en la cúpula de la entidad subyace una realidad que se da en cualquier proceso de fusión: tarde o temprano, la grande se come a la pequeña. Y el final de ‘Goiri’, como se le conoce en el sector financiero, es el de la integración definitiva de Bankia en CaixaBank.

A buena parte del sector, enfrascado en la resolución del gravamen bancario que finalmente se ha prorrogado, se les pasaron unas palabras de Ángel Simón, consejero delegado de CriteriaCaixa, el brazo inversor de ‘la Caixa’ y primer accionista del banco, el pasado fin de semana en ‘La Vanguardia’. Lo hacía en referencia al último informe del BCE sobre la necesidad de separar funciones en las cúpulas de la banca española: «Nosotros estamos en línea con lo que propugna el BCE. Por lo tanto, como accionista de CaixaBank, iremos en la misma línea que el BCE». Todo un preludio de lo que previsiblemente ya sabía la cúpula de la entidad sobre Goirigolzarri.

Un poder más concentrado

Aunque la convivencia ha sido tranquila durante estos cuatro años, la merma de poder ejecutivo del presidente ha hecho mella en un hombre acostumbrado a no ser un ‘florero’. De paso, CaixaBank ha recuperado el gen que le caracteriza: el del poder bancario concentrado en el número 621 de la Diagonal de Barcelona, donde un solo pasillo conecta la torre del banco cotizado con la de la Fundación ‘la Caixa’, su principal accionista.

CaixaBank es consciente de que, como primera entidad en España por volumen de negocio, activos, ahorros y gestión de nóminas y pensiones, precisa reforzar su presencia en todo el país. Así lo lleva haciendo desde hace años, con la figura de Isidro Fainé, el presidente de la Fundación ‘la Caixa’, como hombre de Estado que quiere jugar un papel determinante en los intereses estratégicos de la economía. Pero, a la vez, el grupo no se desprende de sus orígenes. Y para ello apuesta por un directivo que acumula casi décadas en diversos cargos en la entidad. Muniesa sabe dónde se mueve y de qué trata el negocio de CaixaBank, forjado bajo los mimbres que Fainé le ha otorgado toda su vida. El banco no va a volver a trasladar su sede social a Barcelona después de que saliera a toda prisa de la Diagonal, hace siete años, en medio del ‘procés’ independentista que abrió las costuras del empresariado catalán por el impacto que aquella situación política podía dejar en las cuentas de resultados de entidades como CaixaBank. Pero que mantenga su sede social en Valencia no implica que el centro de poder esté cerca del Turia. Fainé lo lleva anunciando desde hace meses. Aspira a ser un «agente estabilizador» de la economía española.