«Encaramos el futuro con optimismo», aseguró Botín, que pidió a los accionistas pensar a medio plazo
El SCH ganó un 9,6% menos por las crisis de los países latinoamericanos
El Santander Central Hispano ganó 2.247 millones de euros en el 2002, un 9,6 % menos que en el ejercicio anterior, por la fuerte depreciación de
Botín aseguró que la entidad «ni necesita ni se plantea comprar nada para seguir creciendo». No quiso pronunciarse sobre el escenario político internacional o el clima de tensión bélica. Se declaró «muy disgustado» por la evolución negativa de las acciones del banco -que este miércoles perdió un 4,2% adicional, en una enésima jornada bajista que castigó a todos los bancos-, e invitó al millón de accionistas, 110.000 empleados y 35 millones de clientes del grupo a pensar en el medio plazo, «porque todas las crisis pasan» y tras ensalzar las posibilidades de la economía española para repuntar con mayor rapidez y fuerza que las de su entorno cuando se produzca la recuperación. Dificultades El presidente del Santander comparó las dificultades del 2002 con la crisis petrolera de los ochenta e incluso la depresión de 1929. Pese a ello, destacó, el banco mantuvo el mismo dividendo del año anterior (0,2885 euros por acción), generó ingresos recurrentes próximos a los 3.000 millones de euros, mejoró su eficiencia desde el 54% al 52,3% y realizó dotaciones totales (ordinarias y extraordinarias) por 4.300 millones de euros, destacó. Insistió Botín en que la alta dirección del banco no está distraída analizando potenciales compras. Tras haber vendido en buen momento (con los mejores precios históricos de los últimos cinco años) las participaciones en Dragados y Vallehermoso, y colocado el 3 % del Royal Bank of Scotland, el SCH alcanzará el próximo marzo, cuando se materialice la venta del 24,9 % del Santander en México al Bank of America, un coeficiente de capital del 13,8%, con criterios del Banco de Pagos de Basilea. Antes de que se desaten las especulaciones, Emilio Botín y el consejero delegado Alfredo Sáenz insistieran una y otra vez en que nadie piensa en acumular excedente de capital para próximas iniciativas. «Las operaciones de fusión en Europa no tienen ningún sentido si se piensa en el accionista», aseguró el presidente del SCH. Y en América, «hemos hecho lo más barato -agregó-, al conseguir al mejor banco como socio para México y Estados Unidos».