UN INFORME DEMOLEDOR
Un mercado muy oscuro. De la lectura de las cifras precedentes se extraen varias conclusiones. La primera, y más significativa, se refiere al papel preponderante que el mercado spot ejerce en los precios de los carburantes. A él se ciñeron el año pasado, con excepciones ocasionales de muy corta duración, los precios pagados por el sector refinero en toda Europa. La cosa no tendría mayor enjundia si no fuera porque el mercado spot es uno de los más oscuros del mundo. Está gobernado por fuerzas con demasiada frecuencia eminentemente especulativas, cuyos manejos denuncia la Comisión Europea. Un margen generoso. La segunda conclusión se refiere al margen de los refineros españoles. En Francia, por ejemplo, la opinión pública se queja frecuentemente de que, siendo la gasolina o el gasoil que salen de sus plantas de refino la más barata de Europa, el precio final de los carburantes en el país sea de los más caros. La diferencia, naturalmente, se explica por la fiscalidad, que en ese país resulta particularmente agresiva. En España, la fiscalidad es baja y el precio final de los carburantes también, pero los refineros producen gasolinas y gasóleos ya de por sí caros. Y más con su gran margen.