Los inversores ya huelen la pólvora

El temor a que Estados Unidos inicie la guerra contra Irak de manera unilateral hizo que los mercados europeos registrasen ayer una nueva jornada nefasta, en la que la Bolsa española se anotó su segunda mayor caída del año, el 2,75%, y su tercer mínimo anual en las cuatro últimas sesiones. La posibilidad de que Reino Unido, Estados Unidos y España no sometan a votación su propuesta de ultimátum a Irak en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no tranquilizó a los inversores, puesto que, en ese caso, Estados Unidos se amparará en la anterior resolución, la 1.441, para iniciar el ataque sin el consenso internacional, según los expertos. La inminencia de la guerra y el tono bajista del Dow Jones hizo que las principales Bolsas del Viejo Continente sufrieran grandes desplomes, más significativos que en España y superiores al 3,5% en la mayor parte de los casos. En el mercado español, que cerró en un nuevo mínimo anual de 5.452,4 puntos, los mayores valores registraron caídas de consideración, de manera que Telefónica bajó el 4,05%, mientras que el Santander Central Hispano y el BBVA, que ya pierden en lo que va de año en torno al 25%, retrocedieron el 4,75 y el 2,68%, respectivamente. En el ámbito macroeconómico, los inversores conocieron la considerable reducción del déficit de Estados Unidos en su comercio exterior de bienes y servicios, que pese a bajar el 8,4%, todavía sigue en niveles sin precedentes en la historia reciente del país. A pesar del nerviosismo de los inversores por la amenaza de guerra, el dólar estadounidense logró ayer recuperar posiciones hasta 0,906 euros, en tanto que el precio del barril se mantuvo casi sin variación en casi 33 dólares el barril. Fusión de Olivetti y Telecom La anunciada fusión de Telecom Italia, la primera empresa teléfonica italiana, y Olivetti, la histórica firma de máquinas de escribir y electrónica, se hizo oficial ayer, pero fue recibida con un duro revés por los mercados, que aguardaban los detalles de la operación para «opinar» sobre ella. El plan, que prevé la desaparición de Olivetti en una sola compañía de nombre Telecom Italia, establece un cambio de siete acciones de la primera por una de la segunda, un trueque que parece haber defraudado a los inversores. La jornada fue terrible: el gigante de las telecomunicaciones cerró con una caída del 11,37%. Toda la pirámide empresarial en la que se insertan las dos compañías, controlada por el magnate Marco Tronchetti Provera, se resintió de la nueva recolocación de piezas, que pretende recortar gastos y sacar más partido a los recursos.