La huelga francesa por la pensiones hace cancelar 115 vuelos en España

Las instalaciones más afectadas por las limitaciones en los viajes forzadas por el cierre del espacio aéreo de la república vecina desde las seis de la mañana y hasta las doce de la noche fueron las de Málaga y Alicante, cuya puntualidad bajó hasta la franja del 60%-65%, tanto en las salidas como en las llegadas. El éxito de la protesta obliga al Gobierno francés a modificar la reforma. Al mediodía, el paro francés ya había provocado la anulación de medio centenar de vuelos, pese a que Aena había puesto una serie de medidas alternativas para aliviar, «en lo posible», el impacto de la «drástica reducción» de capacidad del espacio aéreo del estado vecino. En coordinación con las autoridades británicas, los técnicos establecieron una ruta que, desde Santiago de Compostela y a través de Irlanda, enlazaba con Londres. Gracias a ella fue posible absorber buena parte del tráfico entre España y el Noroeste de Europa, solución por la que optaron más de noventa aviones. La jornada de protesta sindical en Francia contra la reforma del sistema de pensiones alcanzó una amplitud comparable a la huelga general que a finales de 1995 frustró la precedente tentativa de un Gobierno conservador. Una marea humana (casi dos millones según los sindicatos, 1.100.000 personas según la policía) desfiló por las calles de un país con los transportes paralizados y los servicios públicos colapsados por el paro. Francia revivió el clima de contestación social de noviembre y diciembre de 1995 cuando el neogaullista Alain Juppé tuvo que renunciar ante la presión de la calle a los proyectos de reforma de la Seguridad Social y de los regímenes especiales de jubilación en las empresas públicas. Como en aquella ocasión, funcionarios y asimilados llevaron la voz cantante de una movilización que estrenó eco, aunque escaso, en el sector privado. Grandes empresas como Peugeot o Alcatel, las concesionarias de autopistas y la impresión y distribución de periódicos -que no salieron a la calle- fueron las excepciones más relevantes. Las centrales CFDT (socialdemócrata), CFTC (cristiana) y CGC (cuadros) mostraron talante negociador ante la reunión plenaria convocada este miércoles por François Fillon, ministro de Asuntos Sociales y promotor de la reforma. Fillon declaró estar dispuesto a hacer concesiones en algunos flecos como el nivel de pensiones para los trabajadores remunerados con el salario mínimo, la jubilación a los 60 años de quienes hayan cubierto el período de cotización o el cómputo de algunas primas en el cálculo de las pensiones de los funcionarios. Pero descartó dar marcha atrás en la prolongación del período de cotizaciones y en la armonización de su duración en los sectores privado y público en 2008.