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Los sindicatos acusan al canciller alemán de haber vendido a la clase trabajadora en beneficio de los ricos

Cien mil personas se manifiestan contra las reformas de Schroeder

Cuando sólo faltan siete días para un crucial congreso del partido Socialdemócrata (SPD), en el que está en juego el futuro político del

Schroeder no piensa variar la Agenda 2010 pese a las multitudinarias protestas de los trabajadores

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Enrique Muller - BERLÍN.
León

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El canciller Schroeder, cuyo gobierno puede se colapsar si un grupo de parlamentarios de izquierda del SPD tiene éxito el próximo 1 de junio en boicotear el apoyo del partido a la llamada Agenda 2010, rechazó las presiones y ha repetido hasta el cansancio que las reformas son necesarias para dinamizar la economía del país. «Queremos un cambio en la dirección del gobierno», señaló Michael Sommer, el presidente de la confederación de Sindicatos alemanes (DGB), en una manifestación realizada en Hannover. «Las medidas no representan ninguna reforma y las grandes firmas aumentarán sus beneficios a costra de nosotros», añadió el poderoso jefe de los sindicatos. El próximo 1 de junio, un congreso extraordinario del SPD debe aprobar o rechazar la llamada Agenda 2010, que incluye recortes en el generoso sistema social alemán e incluye cambios en la rígida legislación laboral. En las dos últimas semanas, el canciller Schroeder amenazó dos veces con renunciar a su alto cargo, si el partido no ponía fin a la rebelión interna impulsada por doce diputados del ala izquierda del SPD y que terminó siendo apoyada por los sindicatos. La revuelta sigue, pero Schroeder no parece dispuesto a dejar el cargo, ni tampoco a renunciar a su polémica Agenda 2010. «No existe ninguna justificación para rechazar la agenda», dijo el canciller en Hamburgo. «O nos modernizamos nosotros mismos, o nos modernizarán otras fuerzas ajenas a los principios de la economía social de mercado», dijo el canciller en la fiesta del 140 aniversario de su partido.