Algunos expertos achacan la caída de la actividad al descenso de las exportaciones europeas
El BCE sale en defensa del?euro ante la recesión de varios países de la UE
El instituto emisor asegura que la competitividad de la moneda se mantiene
El Banco Central Europeo ha salido en defensa del euro y ha advertido a los países europeos en recesión (Alemania, Holanda, Italia) o en fase de estancamiento (Portugal, Francia, entre otros) de que la apreciación de la moneda única respecto al dólar no tiene la culpa de sus dificultades. Frente a las opiniones que achacan la caída de la actividad al descenso de las exportaciones europeas por la fortaleza del euro, un estudio del instituto emisor destaca que, en el segundo trimestre de 2003, la competitividad internacional de las empresas de la zona euro, medida en términos de precios y de costes, había vuelto a los niveles de cuando se implantó la divisa común, y está próxima a su media histórica de las tres últimas décadas. En 1999 y 2000, el tipo de cambio efectivo nominal del euro se depreció el 17% frente a las monedas de los principales socios comerciales. Tras alcanzar un mínimo histórico en octubre de 2000, la moneda común comenzó a recuperarse paulatinamente, para apreciarse de forma más intensa en 2002 y en el primer semestre de 2003. Las ganancias de competitividad conseguidas con el «euro barato» se habrían esfumado, al menos en apariencia. Los expertos del BCE explican, sin embargo, que la apreciación nominal de una moneda no supone necesariamente un deterioro de la competitividad internacional porque esta depende, en esencia, del precio relativo de los bienes. Así, la posición competitiva de las empresas de la zona euro en los mercados internacionales se evalúa a través de los tipos de cambio efectivos reales (no los nominales) que reflejan las variaciones tomando en cuenta la evolución de los precios y de los costes. Estos precios relativos, aunque importantes, tampoco son el único elemento de competitividad, ya que otros elementos influyen en la decisión de comprar determinado producto. Una dimensión importante de la competitividad -recuerdan-, reside en la evolución de características distintas del precio de los productos, como la calidad y la disponibilidad o la fiabilidad de los servicios complementarios. La apreciación de una moneda, por otra parte, contribuye directamente a cambios positivos en la situación económica del país correspondiente y ayuda a introducir mejoras en esos otros factores. La competitividad de la zona euro frente a sus doce principales socios comerciales se ha medido -explica el Banco Central Europeo- calculando el tipo de cambio efectivo real a través de diferentes indicadores de precios y de costes. Los expertos han ampliado el número de referencias utilizadas, que ahora abarcan los índices de precios de consumo, los de precios industriales, los deflactores del PIB (incidencia de los precios en el producto) y también los costes laborales unitarias del grupo de las manufacturas, y luego han contrastado los resultados obtenidos. Todos estos indicadores de precios y costes relativos se consideran bastante representativos de la competitividad internacional.