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Publicado por
Carlos Serrano-Conde 1397124194
León

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LA CAÍDA del 0,3 por ciento del Producto Interior Bruto en Francia durante el segundo trimestre del año ha colocado a este país a un paso de la recesión, medicina que han probado ya economías europeas tan importantes como la alemana o la italiana, además de la holandesa. España, sin embargo, va sorteando hasta el momento esta situación y, si bien su economía se ha desacelerado, lo cierto es que crece por encima de la media de la UE y sus exportaciones mantienen ritmos elevados de incremento. El dato de Francia ha enfriado los ánimos del Gobierno francés, que había visto con satisfacción cómo en el primer trimestre el PIB había crecido dos décimas después de caer el 0,1 por ciento en los tres meses anteriores. Aunque las autoridades económicas francesas aseguran que se trata de un dato coyuntural, el retroceso económico dificulta alcanzar el objetivo de crecimiento del 1,3% para el conjunto del año y supone un revés para la Unión Monetaria. No obstante, la economía francesa no está en una situación como la de Alemania (caídas del 0,2 y del 0,1 por ciento en los dos primeros trimestres del año), Italia (bajadas del 0,1 por ciento en los seis meses) o como la de Holanda (el 0,3 y el 0,5 por ciento). España, que en el primer trimestre del ejercicio creció el 0,3 por ciento y en el segundo el 0,5 por ciento (en tasas intertrimestrales, obviamente) es el país europeo que logrará mayor crecimiento económico, tanto en el 2003 como en el 2004, porque alcanzará tasas del 2 y del 2,75 por ciento, respectivamente. El sector exterior mantiene su buena tónica, como demuestra el dinamismo de las exportaciones, que en los cinco primeros meses crecieron el 7,1 por ciento. No obstante, las destinadas a la UE lo hicieron el 9,1 por ciento y las dirigidas a Italia, Alemania y Holanda -las tres economías en recesión- no se han resentido, ya que alcanzaron tasas del 15,2 por ciento, del 11,8 por ciento y del 11,7%. Sin embargo, la economía española tiene en los precios uno de sus puntos débiles. El INE publicó el martes que la brecha que separa la inflación de España de la media de la Unión Monetaria se ensanchó en julio hasta alcanzar un punto. Otra mala noticia es que el Euribor, el índice que se toma como principal referencia para fijar el tipo de interés en los préstamos hipotecarios, subió en julio al 2,076 por ciento, abandonando el mínimo histórico del 2,014 por ciento en que se había colocado en junio. A simple vista, puede parecer una subida ínfima, pero al precio que está la vivienda, resulta lógico que cualquier aumento en el pago de la hipoteca sea acogido con poco entusiasmo por los bolsillos. De acuerdo con los datos provisionales que maneja el Banco de España, las entidades de crédito contaban al terminar el primer semestre un volumen de créditos -de todo tipo, no sólo hipotecarios- de 717.661 millones de euros, de los que 6.259 millones estaban anotados como dudosos. Eso supone que las entidades financieras continúan reduciendo su tasa de morosidad, que al terminar junio se situó en un nuevo mínimo histórico, el 0,872 por ciento del volumen de créditos concedidos. Las causas hay que buscarlas en el fuerte aumento de los créditos concedidos y en el perfeccionamiento de los sistemas de control de riesgo. Está claro, la banca siempre gana.

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