Las diferencias del consumo familiar se acortan entre las autonomías

El gasto de consumo de los hogares españoles aumentó el 27,5% en los noventa. En ese periodo cambiaron notablemente los hábitos de consumo de los españoles, con notable recorte del peso de la alimentación, y un fuerte aumento del 95,8% en el destinado a la vivienda, lo que ya no sorprende a nadie. También se estrecharon un poco las grandes diferencias entre autonomías más y menos desarrolladas. La radiografía de los cambios más extremos y el máximo desequilibrio corresponde a las familias madrileñas que, si bien disponen del presupuesto más elevado de España, por cada cien euros de gasto sólo destinan 14,5 a la alimentación, y tiene que dedicar 35 euros a pagar la vivienda. En el 2000, año de referencia del estudio que publica Caixa Catalunya, cada hogar madrileño realizó un gasto medio de 24.449 euros, el más elevado de España, seguido de los 23.294 euros de cada familia vasca, que se sitúa en segunda posición. En el extremo opuesto, y frente a una media nacional de 19.820 euros por hogar, el gasto medio de una familia extremeña se quedó en 14.187 euros. Cambio de hábitos En los noventa ha cambiado significativamente el reparto del gasto en el presupuesto de las familias españolas. La alimentación ha perdido peso relativo en 6,4 puntos, al pasar de representar el 24,2% del presupuesto familiar en 1990 al 17,8% en 2000. El cambio se ha hecho notar en mayor medida en Canarias, donde ha retrocedido desde el 29% al 17,9%, nada menos que 11,1 puntos. Las familias madrileñas son las que dedican menos dinero a la alimentación, el 14,5% de su gasto doméstico, que en el caso de Navarra se queda en el 14,9% y en Aragón asciende al 21,3% del presupuesto, la proporción más elevada. La partida que más aumentado entre 1990 y 2000 es la dedicada a los gastos de vivienda (alquileres, incluido el imputado a la vivienda en propiedad, electricidad, gas, agua, contribuciones y tasas). Como los autores han utilizado datos del Instituto Nacional de Estadística, el procedimiento (calcular el precio de una vivienda a partir del alquiler que se cobra por ella) no refleja todo el aumento de precios que ha experimentado este mercado.