Los precios de los coches subirán al menos un 10% hasta el 2005

Los precios de los coches subirán al menos un 10% en los próximos dos años. Así lo dijo hace unos días el director general del grupo PSA-Citroën, Claude Satinet, y en la misma línea se ha manifestado la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto). Fabricantes y vendedores mantienen que la entrada en vigor el próximo miércoles del nuevo reglamen-to comunitario de distribución de automóviles provocará un sensible incremento en España del valor de los vehículos. Este aumento de costes vendrá motivado por dos factores. El primero: la armonización de precios que proyecta la normativa, y que provocará que el precio franco de fábrica del automóvil (establecido por las marcas) sea el mismo en todos los Estados. En el caso de España, uno de los mercados comunitarios más baratos para el consumidor, los precios tenderán al alza, mientras que en otros países, caso de Francia o Alemania, podrían sufrir una rebaja. El segundo factor guarda relación con los márgenes de beneficio que se llevan los concesionarios en cada venta, una rentabilidad que ha caído un punto porcentual en el último año, según los propios afectados, y que en la actualidad se sitúa entre el 1,4 y el 2% por vehículo comercializado. Esta tendencia a la baja podría llevar a los puntos de venta a elevar sus tarifas para evitar una crisis de negocio, Enfrentamiento Este recorte de los márgenes de beneficio que se llevan los concesionarios es uno de los puntos más calientes del enfrentamiento que este sector mantiene con los fabricantes precisamente a raíz de la en-trada en vigor de la nueva nor-mativa. Las marcas cancelaron de forma unilateral los contratos con su distribuidores para firmar nuevos acuerdos adaptados al reglamento. A sólo unos días para la entrada en vigor del mismo, más de la mitad de los fabricantes no han remitido a sus concesionarios los contratos, lo que ha levantado una gran polvareda entre estos últimos. Faconauto teme que las marcas aprovechen esta situación no tanto para reordenar sus redes de distribución (en principio, todo parece indicar que apenas se producirán cierres) como para imponer «condiciones leoninas» a estas empresas y obtener así una posición «abusiva» en el mercado.