Las mayores diferencias de precios finales se dan en las frutas frescas

Los cuatro tipos de fruta fresca cuyos precios en origen y destino serán «vigilados» desde esta semana por el Gobierno son los que mayores diferencias presentan, mientras que las mayores subidas en la venta al público se produjeron en el pasado mes de septiembre en el caso de algunas de las hortalizas analizas y el pollo fresco. Esa es la principal conclusiones que, por lo pronto, se puede sacar de la lista de diez alimentos que los ministerios de Agricultura y Economía han consensuado, por sospechar que puede existir algún tipo de vulneración de las normas sobre libre competencia en el paso de unos precios a otros. Los productos seleccionados e incorporados desde ayer jueves a las páginas web de los ministerios de Agricultura, Economía y Sanidad y Consumo, son las mandarinas 'clementinas', limones, manzanas 'golden', pera de agua o blanquilla, tomate liso para ensalada, cebolla 'grano de oro', pimiento verde tipo italiano, judía verde plana, patatas y pollo fresco. De todos ellos, la mayor brecha entre el precio que obtiene el productor y el que paga el consumidor es el de las cuatro frutas: las 'clementinas', con un 600%; manzanas, con un 400%; limones, un 272% y peras de agua, con un 217%. En esos niveles de diferencial se presentan las patatas y de las cebollas, que superan el 300% de diferencia, mientas que la carne de pollo está en un 142% y los restantes productos analizados (tomates, judías verdes y pimientos), se colocan entre el 80% y el 90%. A pesar de todo ello, las subidas fuertes detectadas en el mes de septiembre, que fue cuando se desataron todas las alarmas sobre los precios de los alimentos perecederos, fue la de tomates y judías verdes, que se encarecieron cerca de un 50% en los últimos doce meses, a pesar de tener (en octubre) la menor diferencia entre origen y destino de todos los vigilados. El pimiento verde subía en tasa interanual más de un 25%. Fuentes consultadas en el sector advirtieron que la ola de calor recortó en gran medida la producción que se destina al mercado nacional (no la exportación), a lo que cabe añadir, en el caso del tomate, un nuevo virus que redujo el rendimiento de cada planta. En lo que respecta a las frutas, el ratio anual oscila entre el 19 y el 30%.