Aznar : «Hoy no es un buen día europeo»
El presidente del Gobierno, José María Aznar se mostró ayer indignado por la decisión del Consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea (Ecofin) de suspender el procedimiento sancionador contra Alemania y Francia , y dejó claro que tendrá consecuencias en la negociación comunitaria que se desarrolla en el seno de la Conferencia Intergubernamental (CIG) para aprobar la nueva Constitución. «Hoy no es un buen día europeo ni desde el punto de vista económico», dijo en rueda de prensa que compartió con el primer ministro polaco, Leszek Miller, tras la cumbre bilateral celebrada este martes en Madrid y donde ambos países ratificaron su posición conjunta en contra de las modificaciones del Tratado de Niza que propone el documento elaborado por la Convención Europea. Para el presidente español, con la suspensión del procedimiento de déficit excesivo que se seguía contra Francia y Alemania «la política de estabilidad ha sufrido un duro golpe en Europa» porque considera que esta decisión supone «un paso atrás» . Aznar señaló que «los Tratados deben ser respetados» y abogó por la existencia de unas «reglas iguales para todos». Denunció el trato distinto que el Ecofin concedió a los dos grandes países europeos y se mostró convencido de que «si fueran otros países los que estuvieran sujetos a los problemas que se han dilucidado en Bruselas se hubiesen aplicado inmediatamente los tratados sin duda alguna». Y advirtió que el trato de favor recibido por Francia y Alemania «tendrá consecuencias para la negociación de la CIG», donde los dos grandes países europeos se enfrentan a España y Polonia por el sistema de votos que reflejará la Constitución de la nueva UE ampliada. «Si se puede decidir como se ha decidido», explicó el presidente español, «nada menos que la suspensión de la aplicación del tratado en un Consejo de Ministros, imagínese la importancia que tienen las discusiones sobre el sistema de voto del Consejo Europeo». Según fuentes del Gobierno, Alemania y Francia han perdido «autoridad política» para exigir la aprobación del nuevo reparto de poder previsto en el documento de la Convención y que supone la reforma del tratado europeo aprobado en Niza. Aznar, en coincidencia con este planteamiento, aseguró que el hecho de que alemanes y franceses hayan logrado salir absueltos de su incumplimiento de las normas europeas «tendrá mucho efecto en el ambiente general europeo y en el contenido de las negociaciones» de la CIG. Desde Bruselas, el vicepresidente primero Rodrigo Rato también alertó de las consecuencias de la decisión adoptada por el Ecofín -»crea precedentes»- y defendió que «España ha sido comprensiva y solidaria con la situación de otros países y hemos valorado sus esfuerzos». Pese a ello, abogó por «no plantearse ahora un debate eterno sobre lo sucedido» y aseguró que «ahora lo importante es que Francia y Alemania cumplan los objetivos ambiciosos e importantes que se han fijado, lo que va a exigir un claro esfuerzo» por parte de ambos. En este punto, recordó que España defiende que se levante el procedimiento por déficit excesivo contra Portugal, puesto que ya ha hecho el esfuerzo suficiente. Rechazo frontal La cumbre bilateral celebrada en Madrid este martes vino a ratificar la posición común de España y Polonia a favor del reparto de votos aprobado en Niza y el rechazo frontal a los cambios introducidos por la Convención y que los países grandes pretende que apruebe la CIG para su incorporación a la Constitución. Los primeros ministros de ambos países aseguraron que el único consenso vigente es el logrado en Niza y negaron que exista otro acuerdo unánime de todos los socios comunitarios que pueda sustituirlo. Tanto Aznar como Milles se mostraron dispuestos a «hablar» sobre cualquier propuesta que se les presente, aunque aseguraron que, de momento, no existe ninguna fórmula alternativa sobre la mesa. El primer ministro polaco llamó la atención sobre el hecho de que la fórmula prevista por la Convención, que sustituye el voto ponderado por la doble mayoría pone en peligro la aprobación de la Constitución por parte de los Parlamentos nacionales y los referendos nacionales de los Estados miembros de la UE. «Si fueran otros países los que tuvieran problemas se hubieran aplicado los tratados» José María Aznar Presidente del Gobierno