Diario de León

La Comisión Europea evita recurrir en los tribunales el indulto logrado por Francia y Alemania

La UE admite la muerte del Pacto de Estabilidad y propone cambiarlo

Prodi anuncia una propuesta para una mejor «gobernanza» y Solbes habla de ruptura institucional

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Domingos Sampedro corresponsal | bruselas
León

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En la Unión Europea (UE), como en la selva, parece imperar la ley del más fuerte. Y los que más mandan, Francia y Alemania, decidieron tirar a la basura el Pacto de Estabilidad, hasta el punto de que ya sólo es cuestión de tiempo el que aparezca una propuesta para reformar el principal instrumento de coordinación de la política económica de los Quince. Aunque el comisario Pedro Solbes insistía ayer en su pataleo, al calificar de «ruptura institucional» la paralización de los procesos por déficit excesivo contra París y Berlín, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, anunciaba una iniciativa para lograr «una mejor gobernanza económica». El anuncio de Prodi se prestó a múltiples interpretaciones. Para empezar, hay que tener en cuenta de que Il professore defiende de manera encendida la reforma de las reglas actuales, pues reclamó públicamente la flexibilización del Pacto de Estabilidad. Y en segundo lugar, tampoco hay que obviar que su declaración escrita se difundió tan solo minutos después de que la Comisión que preside declinara recurrir ante el Tribunal de UE la carta blanca lograda por las dos principales economías de la Eurozona. Renovación del compromiso En una declaración que evita reprobar la actitud franco-alemana, Prodi se limita a decir que la decisión del Ecofín de hacer vista gorda con el déficit público de estos dos países «renueva» el compromiso por la estabilidad y el crecimiento, aunque advierte que, también «es una señal clara de que la situación actual no será satisfactoria a largo plazo». Es por ello que se comprometió a preparar una iniciativa «para una mejor gobernanza económica de la Unión», casi a la par que el ministro francés de Economía, Francis Mer, reclamaba abiertamente una reforma del Pacto de Estabilidad del euro, a la que además puso la fecha del 2005, es decir, el año en que se agotará la bocanada de oxígeno dada por la UE a Francia y Alemania, en contra de la opinión de Bruselas y de países como España, Finlandia, Holanda y Austria. En el 2005 habrá en Bruselas un nuevo gabinete de comisarios, dato que ayer no pasó por alto el propio Mer, en lo que podría tomarse como una insinuación de que el rodillo franco-alemán hará todo lo posible por asegurar que al frente de la cartera de Asuntos Económicos y Monetarios, ocupada actualmente por el español Pedro Solbes, se sitúe una persona de su entera confianza para preparar la ansiada reforma. Estos movimientos volvieron ayer a ser censurados por el presidente español, José María Aznar, que emplazó a París y a Berlín a que a presentar una alternativa al Pacto si están en condiciones de hacerlo. «La Unión Monetaria necesita reglas y que sean respetadas. Si alguien tiene un conjunto de reglas mejor, que las presente y no se dedique a incumplir las normas a conveniencia», sentenció Aznar. En una nueva demostración de fuerza dirigida a Bruselas y a los críticos de la política económica de su gobierno, el canciller Gerhard Schröder defendió ayer la votación del Ecofin, y se atrevió incluso a descalificar algunas propuestas de la Comisión Europea y a advertir que no se puede aceptar todo lo que diga como una orden. A su entender, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento debía ser interpretado con más flexibilidad en una fase de coyuntura débil. Schröder, quien intervino en un debate parlamentario sobre el presupuesto de la nación marcado por la polémica decisión del Ecofín, afirmó que «las propuestas de la Comisión no pueden ser sacrosantas». «Pienso que el Pacto no es estúpido, sino que ofrece un margen de interpretación», insistió el canciller.

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