Los comercios pierden cada año 1.441 millones por pequeños robos

?l denominado hurto, o robo sin intimidación, lastra cada año las cuentas de los comercios en todo el mundo, sean del tamaño que sean. En España, el agujero alcanzó en el último ejercicio la nada despreciable cifra de 1.441 millones de euros, o lo que es lo mismo, el 1,38 por ciento de las ventas totales del sector. Son las conclusiones de un estudio de la Asociación Española de Codificación Comercial (Aecoc), que asegura que unas 45.000 personas son detenidas cada año por comprar sin pasar por caja. Aún así, España ocupa el séptimo puesto del ránking europeo de robos en comercios. Una lista que encabezan el Reino Unido, Portugal, Finlandia y Grecia. Según el Barómetro Europeo del Hurto en la Distribución, en el último año, estos actos delictivos han representado unas pérdidas para el conjunto del sector de 22.659 millones de euros. A los robos que realizan los clientes (52 por ciento del total) hay que añadir los de los propios empleados (26,5 por ciento) y los de los proveedores (5,55 por ciento), además de los errores administrativos in-ternos (16 por ciento). Si a todo eso se añaden los gastos en seguridad realizados por las empresas para intentar atajar el problema, las pérdidas anuales de los comercios españoles ascienden a 1.852 millones de euros, una cifra que alcanza los 29.023 millones de euros en el conjunto de Europa. Los más tentadores Alimentos, licores, aparatos electrónicos, ropa o perfumes son algunos de los artículos preferidos por los amigos de lo ajeno. Además, el estudio indica que la gran mayoría de las sustracciones perpetradas por clientes son cometidos por profesionales del hurto y bandas organizadas que recorren las grandes superficies y tiendas españolas. El valor del robo medio asciende a unos 30 euros y los días de mayor peligro son los viernes y los sábados por la tarde, aprovechando la aglomeración de público que se pro-duce en los establecimientos. La mayor parte de los hurtos tienen lugar en grandes superficies, ya que, por su tamaño, por la afluencia de clientes y por sus propios sistemas de venta dan mayores facilidades que los establecimientos tradicionales a los amigos de lo ajeno. Entre estos últimos, los supermercados y los comercios no especializados son los que mejor capean el temporal. Inversión en seguridad Los minoristas europeos han respondido al gran problema que suponen estos pequeños actos delictivos aumentando la inversión en seguridad y modernizando los sistemas antirrobo. El pasado ejercicio, los comercios españoles destinaron a este capítulo un total de 410 millones de euros. Inditex, la matriz de la marca de ropa Zara, figura entre los que mayores esfuerzos han realizado para atajar el problema. El grupo ha puesto en marcha un programa de etiquetado en origen para reforzar la protección contra el hurto en sus cerca de 1.700 tiendas. La implantación se llevará a cabo de forma progresiva. Los primeros artículos que la firma comenzó a proteger en fábrica fueron los cosméticos y perfumes. Luego extendió el sistema a zapatos, complementos y ropa infantil. El resto de los comerciantes españoles también recurren a diversos métodos para intentar paliar la sangría que suponen los pequeños hurtos. «La levedad de las sanciones impuestas es uno de los principales problemas para atajar los hurtos» Empresarios minoristas