La compañía contrata en EE.UU. a los abogados neoyorquinos de Enron

Las comparaciones entre el escándalo de Parmalat y el que sacudió hace dos años a la firma norteamericana Enron ya habían surgido desde que se intuyó el alcance del fraude, y parece que hasta la propia compañía italiana ha tomado conciencia de las similitudes del caso: según se supo ayer, se dispone a contratar los servicios del estudio de abogados neoyorquino Weil Gotshal and Manges, el mismo que asistió al grupo estadounidense. Parmalat tiene el desgraciado récord de haber emulado la crisis del gigante americano, que ocultó pérdidas por 14.000 millones de euros, con un notable agujero que al menos ronda los 10.000, y eso que es 11 veces más pequeña. Los problemas de la compañía italiana en EE UU nacen de la decisión de la autoridad bursátil, la SEC (Securities and Exchange Commission), de denunciarla por un presunto fraude a los inversores cuando emitió obligaciones equivalentes a 1.200 millones de euros en 2003 a sabiendas de la nula solvencia de la empresa. Eso sin contar que una buena parte del enorme agujero contable de Parmalat está relacionado con operaciones falseadas ante entidades norteamericanas. La SEC ha enviado a Italia a uno de sus inspectores más correosos, Lawrence West, que amenaza con una multa de 1.200 millones y ayer por la tarde la fiscalía de Parma anunció que trabajará de forma paralela en colaboración con la de Nueva York para aclarar las actividades de la empresa en EE UU. Tanzi ofrece su patrimonio El ex presidente del grupo alimentario Parmalat Calisto Tanzi dijo ayer estar dispuesto a ceder todo su patrimonio personal para sufragar las pérdidas de los inversores tras la bancarrota de la empresa. El abogado Fabio Belloni difundió ayer una declaración que su defendido hizo ante el juez milanés Guido Salvini, quien instruye el caso por la insolvencia de Parmalat, que hasta ahora ha supuesto el ingreso en la cárcel de ocho personas, entre ellas el propio Tanzi. En esa declaración, Tanzi afirma estar dispuesto a «dar las llaves de mi patrimonio» a Enrico Bondi, el comisario extraordinario nombrado por el Gobierno para gestionar una salida a la crisis del grupo alimentario. Ese patrimonio sería usado «en el procedimiento de insolvencia, para intentar atenuar, en la medida de lo posible, las consecuencias de los hechos», según la declaración emitida.