Un contable de Parmalat se quita la vida tras ser interrogado el martes

El caso Parmalat registró ayer un giro dramático, temido desde hace semanas, con el suicidio de un empleado administrativo de la sociedad que trabajaba en el área de contabilidad. Alessandro Bassi, de 42 años, se arrojó desde un puente al anochecer en un municipio cercano a Parma, un gesto que los investigadores han recibido con perplejidad, pues aseguran que «no había en absoluto ninguna razón para hacerlo». «Estamos desconcertados», fue su primera reacción. Bassi, que deja mujer y dos hijos, fue interrogado el martes como persona informada de los hechos, según la terminología jurídica italiana, es decir, como testigo, pero no estaba bajo sospecha. Era secretario de Luciano del Soldato, director financiero del grupo lácteo, considerado como uno de los cerebros del fraude que ha originado un agujero de 10.000 millones de euros. Es la primera víctima mortal del que se ha erigido como la mayor estafa financiera de la historia y evoca trágicos episodios similares que Italia ya vivió a partir de 1992 con los escándalos de corrupción de Manos Limpias. Calisto Tanzi, en el hospital Las secuelas humanas de la quiebra de Parmalat también llevaron al hospital a su dueño, Calisto Tanzi, que lleva casi un mes en prisión. Tanzi, de 65 años, ha sufrido un infarto en el pasado, dijo sufrir punzadas en el brazo y como medida de prevención fue ingresado en el Fatebenefratelli.