Trichet asegura que el crecimiento del PIB en la zona euro debe mejorar durante el 2004
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, aseguró ayer que el crecimiento del PIB en la zona euro debe mejorar a lo largo de 2004, auspiciado por la recuperación del consumo, y subrayó que existen las condiciones financieras necesarias para ello, ya que los tipos de interés están muy bajos en términos históricos. En su intervención en el Foro Nueva Economía , organizado por The Wall Street Journal Europe , Trichet destacó que «hay razones para ser optimistas con prudencia», y previó un crecimiento del PIB en 2004 en línea con el potencial de producción de la eurozona. Asimismo, el presidente del BCE estima que en el presente ejercicio la inflación deberá ir reduciéndose paulatinamente hasta el entorno del 2 por ciento, e instó a los países miembros a profundizar en reformas estructurales para aumentar el potencial de crecimiento a largo plazo. Trichet recordó que en los tres últimos años se frenó la actividad económica en Europa por diversos shocks adversos, como la burbuja tecnológica, la caída de los mercados bursátiles, la reducción del comercio y factores geopolíticos como el 11 - S que dejaron huella en las empresas y en los consumidores. Defensa del Pacto Por otra parte, Trichet reiteró que las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento son «indispensables» y reiteró que el consejo de Gobierno del BCE comparte la opinión de la Comisión Europea sobre la decisión del Ecofin en relación a los incumplimientos de Alemania y Francia. «La Comisión es el guardián del Tratado», añadió. En su opinión, no es aconsejable que se produzca ningún cambio en el Tratado ni en el Pacto de Estabilidad, aunque reconoció que resulta adecuado que se mejoren los incentivos a políticas fiscales firmes en épocas de mayor crecimiento económico. Respecto a la ampliación de la UE, afirmó que es «algo histórico e increíble», ya que dentro de unas semanas se incorporarán 75 millones de ciudadanos, y dijo que no hay que limitarse a pensar en las dificultades que puede acarrear el proceso, pese a que el PIB de los diez nuevos países represente sólo el 5% de la economía de la UE.