Intermon pide a las textiles que velen por la no explotación de trabajadores

Dos informes Moda que aprieta y Más por menos elaborados por Intermon Oxfam alertan sobre la situación de explotación en que se encuentran los trabajadores de los países en vías de desarrollo que trabajan para los proveedores de las grandes empresas textiles. En los últimos años han bajado los precios que se paga por cada producto en origen a la vez que se pide una reducción de los plazos de entrega. La consecuencia es que los trabajadores, en su mayoría mujeres, sufren situaciones de auténtica explotación. Toda una paradoja si se tiene en cuenta el progresivo aumento de los precios de los productos en los países de destino. Intermon Oxfam han emprendido una cruzada cuyo éxito aún está por verse. Intentan que las grandes empresas textiles adopten políticas responsables que eviten la situación de explotación de los trabajadores, en la mayoría mujeres, donde se fabrican los artículos que luego se compran en Europa. También en España se dan estos abusos, en «cientos de talleres» de pequeño y mediano tamaño (entre 10 y 60 trabajadores), situados principalmente en Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia. El informe de Intermón se centra en Inditex -la más avanzada en materia de responsabilidad social corporativa (RSC), según la ong-, Cortefiel, Mango e Induyco/El Corte Inglés, a las que insta a adoptar verdaderas políticas de responsabilidad.Las cuatro han deslocalizado parte de su producción a Marruecos, y al ser líderes del sector «deben comprometerse a incorporar criterios éticos en su política comercial». Intermón insta a Cortefiel (que trabaja en Asia y Marruecos) a ampliar su compromiso y crear un consejo especializado. En el caso de Inditex, con proveedores en 49 países, se trata de la compañía del sector «que más ha avanzado» en la materia, aunque su principal debilidad es «la difícil conciliación entre su agresiva política de plazos y pedidos y la exigencia a los proveedores del cumplimiento del código» Mango con talleres en China y Marruecos, ha dado «pasos positivos pero incipientes», y debe trabajar en la formalización de sus mecanismos de control interno, para «evitar la existencia de pedidos por encima de la capacidad de los talleres». El caso de Induyco, principal abastecedor de ropa de El Corte Inglés, es distinto. «Se enfrenta al reto de emprender el camino de la RSC» , recordando a la empresa que cumplir con la legislación de países como Marruecos «no es un techo máximo».