Manuel Prado ingresará en prisión el lunes por el caso Torras-KIO
El empresario y ex diplomático sevillano Manuel Prado y Colón de Carvajal, famoso entre finales de los ochenta y principios de los noventa por sus relaciones político-financieras, ingresará en prisión el próximo lunes para cumplir una condena de dos años por caso Torras-KIO, en concreto en la llamada operación Wardbase. Así lo han establecido los magistrados de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que este martes comunicaron su decisión al reo tras rechazar su último recurso de suplica para continuar en libertad, como habían pedido la Fiscalía y las acusaciones. No obstante, Prado aún dispone de una última oportunidad para eludir su encarcelamiento, si bien ésta pasa de manera ineludible por el pago de 12 millones de euros, más los intereses producidos desde 1992, época en la que se cometió el delito de apropiación indebida por el que fue condenado. Con ello sufragaría su responsabilidad civil en este caso, uno de los requisitos que se contemplan en el artículo 81 del Código Penal para permitir el acceso a la libertad provisional de aquellos condenados a penas inferiores a dos años que no tengan antecedentes penales. Los jueces rechazan las alegaciones de la defensa del empresario, pues entienden que en modo alguno se encuentra «en situación de imposibilidad» para afrontar el pago de la cantidad multimillonaria referida. Es más, en su última resolución recuerdan que el propio condenado admitió de forma implícita su capacidad económica al pedir que se ejecutara su responsabilidad civil, para lo cual remitió a las sociedades instrumentales (la mayoría radicadas en paraísos fiscales) que le fueron embargadas durante la instrucción del caso KIO. La imposibilidad de la justicia para saldar la deuda con esas sociedades en un período de tiempo breve, así como las dificultades halladas para controlar sus movimientos, fueron comunicadas hace dos semanas por la juez instructora Teresa Palacios a la Sala de lo Penal, que ha tenido muy en cuenta dicha situación, sobre todo porque el ex diplomático todavía no ha dado razón del destino que dio a los fondos con los que se lucró en esta operación. No obstante, Prado alegó también problemas de salud, si bien los magistrados entienden que aquellos no tienen la suficiente entidad como para hacer aconsejable que no ingrese en prisión.