Los sectores afectados instan al Gobierno a que controle a las petroleras e impida pactos de precios
El barril de crudo sigue al alza y rebasa los 40 dólares en EE.UU.
En la semana que ahora termina, el petróleo se ha encarecido entre el 8% y el 9% adicional
El precio del crudo repuntó ayer en Estados Unidos hasta rebasar los 40 dólares por barril, acercándose cada vez más al máximo de 41,25 dólares de octubre de 1990, registrado tras la invasión de Kuwait por Irak. El petróleo Brent se mantuvo en Londres en el entorno de los 37 dólares por barril, y la convicción de los expertos de que la situación podría prolongarse -por la posibilidad de que se produzca algún incidente grave en instalaciones petroleras de Oriente Próximo- ha extendido la alarma entre los sectores afectados. En la semana que ahora termina, el crudo se ha encarecido entre el 8% y el 9% adicional y la repercusión de esta subida en la cotización internacional de los carburantes se está trasladando a precios finales de los productos en la zona euro, porque la fluctuación del canje del euro con el dólar ya no compensa la totalidad del incremento. Si el Gobierno de Estados Unidos teme el impacto del alza del petróleo en la economía, en un año electoral, las autoridades económicas europeas temen el repunte de la inflación. En España, desde los transportistas a los agricultores, pasando por los sectores industriales y los trabajadores autónomos, se han dirigido al Gobierno para instarle a actuar. Le sugieren, entre otras medidas, que controle a las petroleras e impida pactos de precios, y que utilice los márgenes que tienen las políticas nacionales sobre la fiscalidad de los hidrocarburos para abaratar su precio. La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) calcula que el precio del gasóleo agrícola ha subido un 14% desde comienzos de año, al pasar de una media de 0,38 euros por litro (63,77 antiguas pesetas) en enero a 0,44 euros (72,76 pesetas) en la primera semana de mayo. Esta organización agraria acusa a las petroleras de haber repercutido de forma desproporcionada las alzas del mercado internacional a los consumidores y usuarios cuando, en realidad, las compañías están vendiendo ahora el producto que compraron hace meses, cuando el nivel de precios era más bajo y las transacciones se beneficiaban de la fortaleza del euro. La subida de los costes de producción -donde los carburantes juegan un papel muy destacado-, podría repercutir en un encarecimiento generalizado de los precios agrarios y crear graves tensiones inflacionistas, advierte UPA. Rebaja en los hidrocarburos La Federación Nacional de Autónomos (ATA) ha exigido al Ejecutivo la rebaja del impuesto especial al que están sujetos los hidrocarburos. «Si los altos precios del crudo se mantienen, y más aún si se incrementan -ha advertido Lorenzo Amor, presidente de ATA-, el Índice de Precios de Consumo podría desbocarse, lo que acarrearía subidas en cascada de los salarios y del déficit, viéndonos abocados a una política de ajuste parecida a la de mediados de los años noventa». Mientras tanto, entre los países productores de petróleo se dejan oír voces favorables a una actuación que favorezca el control de los precios. «La Opep debe mantener el precio del barril de petróleo entre los 22 y los 30 dólares y no perjudicar a la economía mundial», declaró en Madrid el presidente de la Cámara de Comercio de Irán, A. N. Kamushi, en el transcurso de un encuentro entre empresas españolas e iraníes organizado por las Cámaras de Comercio. Kamushi comentó que los altibajos en el precio del crudo no son beneficiosos para los países ni para la economía internacional por lo que, argumentó, «unos precios excesivamente bajos tampoco supondrían una solución».