Carteras de gestión dinámica protegida Propuestas
En momentos de incertidumbre como los actuales, la constitución de carteras que se gestionan activamente, pero preservando el capital inicial, son quizás una de las mejores decisiones para los inversores más conservadores. Su funcionamiento es muy similar al de alguno de los fondos garantizados, aunque con la ventaja de poder ir modulando cada uno la exposición del riesgo en función de la situación de los mercados en cada momento y del perfil personal. Podemos ilustrar su funcionamiento con un ejemplo para una cartera basada en el Ibex a 1 año. Supongamos que invirtiendo en renta fija puedo colocar hoy el 97% de mi capital inicial con la seguridad de que a vencimiento voy a poder recuperar el 100%. Ya tengo por tanto el primer paso dado, que es recuperar la inversión y además he liberado un 3% para «jugar». El segundo paso es establecer el porcentaje máximo de caída que pueda experimentar el Ibex en un mes (mejor quedarnos largos) y vamos a suponer que en base a datos históricos (simulaciones de Montercarlo o métodos de VaR) y a expectativas determino que puede ser del 10%. Por tanto conozco ya que para el primer mes puedo colocar un 30% como máximo de mi capital inicial en el Ibex (en un fondo, en acciones o en futuros), porque en el peor de los casos el Ibex caería un 10% en el mes y perdería el 3% del total , que es lo máximo que puedo perder; si, en cambio, el Ibex subiese un 10% yo ganaría un 3% y ya tendría un 6% de colchón para el mes siguiente. Vamos a ser realistas en el desarrollo del ejemplo y a suponer que el Ibex comienza bajando un 5% en el primer mes. Como habíamos invertido el 30% del capital inicial, la pérdida es de un 1.5%. Como además el total que teníamos para colocar era un 3%, el colchón que me queda para el segundo mes es de otro 1.5%, luego en este segundo mes puedo colocar un máximo del 15% de mi capital (en el peor de los casos perdería el 10% del 15%, es decir, un 1.5%, que es mi colchón). Siguiendo con el ejemplo, en el segundo mes la bolsa sube un 4%, y como yo tenía invertido un 15%, mi ganancia el del 0,6% (el 4% del 15%). Por eso mi nuevo colchón es del 2,6%, con lo cual puedo invertir como máximo el 26% de mi capital inicial en el tercer mes, y así sucesivamente. Lógicamente el escenario ideal es aquel en el que el índice sube todos los meses y por tanto me va incrementando el colchón, con lo cual cada vez puedo colocar más en el índice y, sin arriesgar el capital, cada vez obtengo ganancias más apalancadas. Y, lógicamente también, el peor escenario posible es aquel en el que el primer mes el índice cae el máximo posible y nos deja sin colchón para invertir, lo mismo que sucedería si el índice cayese ininterrumpidamente y nos fuera agotando el margen. Para evitar esto, el principio de prudencia exige no agotar todo el margen el primer mes, y no arriesgar todo el colchón generado en un buen mes en la operación mensual siguiente, sino ir consolidando una parte de las ganancias añadiéndolas al capital inicial.